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Detenida la última cúpula comunista checoslovaca

La policía checoslovaca, a sólo dos días de las primeras elecciones libres, detuvo, entre ayer y el martes, al menos a cinco de los principales dirigentes del régimen comunista derribado en noviembre, entre ellos el ex secretario general, Milos Jakes, y el ideólogo jefe, Vasil Bilak. Sólo éste ingresó en prisión. Los otros cuatro prestaron declaración y quedaron en libertad, aunque sujetos a investigación. El presidente, Vaclav Havel, y el primer ministro, Marian Calfa, viajaron ayer a Moscú y, supuestamente, iban a recabar pruebas de la participación de los detenidos en crímenes relacionados con la invasión del Pacto de Varsovia que acabó, en agosto de 1968, con el experimento democrático conocido como primavera de Praga. No obstante, la única acusación formal se ha presentado por corrupción.

Evocando los crímenes del régimen caído, la televisión checoslovaca emitió ayer imágenes de autoinculpaciones en los años cincuenta, en uno de los juicios farsa más vergonzoso del estalinismo en toda Europa Oriental. Los grandes carteles del dirigente comunista Kllement Gottwald y de Stalin en las calle de Praga hacen recordar aquella oscura época de la que algunos de sus más aplicados instrumentos serán llamados ahora a juicio en la nueva Checoslovaquia democrática.En las elecciones que se celebrarán mañana y el sábado, el Foro Cívico del actual presidente, Vaclav Havel, es el gran favorito, y las previsiones le otorgan hasta un 45% de los votos . La Unión Cristianodemócrata, también presente en el actual Gobierno provisional, espera conseguir hasta un 35% lo que, según miembros del Foro, es un cálculo extremadamente optimista para esta alianza de tres partidos cristianos de derecha. El tercer puesto se lo disputarán el Partido Verde y el antiguo partido comunista, hoy reconvertido en Partido Socialista de Checoslovaquia. Se espera que éste logre un resultado similar al del heredero del SED en la República Democrática Alemana, reflejo del miedo al cambio, y a sus consecuencias, de parte del aparato del Estado, tanto en la policía y fuerzas armadas como en la Administración.

"Graves delitos"

La nota policial que anunció las detenciones sólo habla de "graves delitos", sin especificar los cargos, y anuncia una próxima y más completa información para la opinión pública. Junto a Jakes y Bilak, fueron detenidos Jozef Lenart, uno de los más destacados neoestalinistas de la normalización checoslovaca Rudolf Hegenbarth y Michal Stepanak. Posteriormente fuentes de la fiscalía aseguraron que se sospecha de traspaso llegal de fondos del Comité Central a cuentas privadas, informa Jana Novotna.

Por otra parte, la policía ha anunciado que se halla muy cerca de concluir la investigación sobre la autoría del atentado que el pasado sábado causó catorce heridos por la explosión de una bomba en la Plaza Vieja, en pleno centro de la capital. No parece existir ningún vínculo entre ambos casos aunque en Praga existe la certeza de que la bomba fue coloca da por miembros del antiguo aparato represivo que intentan tomar medidas de presión para evitar ser juzgados por violaciones de los derechos humanos cometidos en las últimas décadas. Los llamamientos al procesamiento por alta traición de los principales autores del llamamiento a la intervención armada contra la primavera de Praga, en 1968, han sido una constante en la campaña.

No obstante, la prescripción de este delito en 20 años hacía difícil encontrar un instrumento legal para hacer responder, sobre todo a Bilak, de su papel en la represión y las muertes que produjo la intervención y la posterior normalización hacia el neoestalinismo desde 1970 hasta el otoño pasado.

Uno de los responsables de la represión de la manifestación del pasado 17 de noviembre, que desencadenó la revolución dé, terciopelo, el ex jefe del partido comunista en Praga, ya se encuentra en prisión.

Las detenciones parecen indicar que finalmente las nuevas autoridades checoslovacas han encontrado un mecanismo legal para llevar a juicio a los más significados miembros de la dirección ncoestalinista aupada por la invasión de las tropas del Pacto de Varsovia. Éste parece ser, por el momento, acusarles de delitos económicos.

Milos Jakes, Vasil Bilak y Jozef Lenart tuvieron un papel clave en la invasión y la posterior represión con el llamamiento a los países hermanos del Pacto de Varsovia a poner fin al proyecto reformista del entonces jefe del partido, Alexander Dubcek, hoy presidente del Parlamento. Desde la comisión de control del partido, Jakes destacó por su implacable purga. Bilak fue el cerebro ideológico de la nueva y reforzada dictadura tras ser liquidados políticamente las fuerzas reforinistas y comenzar un largo periodo de represión contra toda discrepancia.

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