_
_
_
_
_

Felipe González afirma que no habrá sindicatos en la Guardia Civil

El presidente del Gobierno, Felipe González, declaró ayer, en la tertulia de Radio Nacional de España Escrito en el aire, que no habrá sindicación en la Guardia Civil y que este hecho no puede tomarse como referencia para juzgar el grado de democracia permitido por el Gobierno. En otro momento, González acusó a los responsables políticos (aunque añadió que no se refería al presidente del Partido Popular, José María Aznar) de crear un clima de confusión al no llevar a los tribunales sus sospechas de estar siendo objeto de escuchas telefónicas.

González explicó en la tertulia radiofónica que el Gobierno quiere enfocar el contencioso de la sindicación de la Guardia Civil de otra manera que no sea la de encarcelar a los miembros del sindicato ilegal, pero que en ella no se prevé en modo alguno el abandono del carácter militar del cuerpo. González añadió que en cuerpos de seguridad europeos equiparables a la Guardia Civil, como la Gendarmería francesa o los carabinieri italianos, la sindicación es algo impensable, porque "creen que uno de los factores de su seguridad es el mantenimiento de la organización militar".El presidente del Gobierno manifestó su preocupación por las escuchas telefónicas a las que el presidente del PP, José María Aznar, dice haber estado sometido. "Si es verdad, el comportamiento de un responsable político es intentar, lógicamente, obtener una acción judicial", dijo. "Si no se actúa así", prosiguió, "uno tiende a pensar que se monta un gran escándalo y se sale en los papeles durante varios días ( ... )".

Tras puntualizar que no se refería específicamente a Aznar, afirmó: "Meter confusión por crear desconfianza no me parece un comportamiento serio, lo haga quien lo haga", y añadió que "montar números de esta naturaleza" respondía más bien a una "falta seria de proyecto".

En otro momento, el presidente mostró su preocupación por el "exceso de acoso a las instituciones democráticas", que ha contribuido a crear "un ambiente enrarecido". "Es verdad", dijo, "que en todo lo que se mueve en torno a la política es donde, con más facilidad, el que no tiene otra cosa que hacer o que decir se dedica a calumniar o difamar". "Es una tentación muy fuerte dedicarse a decir cosas gruesas para tener ese espacio en la publicidad", añadió, para advertir: "En España ha habido muy poca tradición democrática y uno debe estar preocupado cuando hay un exceso de acoso a las instituciones democráticas".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_