Un drama romántico

La dama de las camelias, presentada en el segundo programa del Ballet Nacional de Finlandia (BNF), es un ballet que desgrana el conocido drama de Dumas, bien tejido sobre una selección de música de su coetáneo Saint-Saéns que es la principal inspiración de la expresión y del ritmo. Está diseñado con economía de medios: una escenografía mínima que cambian los bailarines y una luz que yuxtapone las escenas colaboran en la ligereza de la acción que se reparte en tres actos.La narrativa tiene un soporte ambiental muy pictórico, en el vestuario y en caracterización, pero se alarga con pocasescenas de gancho (la de la ópera en el primer acto y la del salón de baile en el tercero son de las mejores). Reiter domina bien la construcción coreográfica en los dúos, y es menos ocurrente en los conjuntos, que mueven demasiado uniformes y sin disgregación en el espacio.

Urika Hallberg (Margarita) tiene línea ap-ropiada a los papeles románticos y lo borda. Sus largas piernas y tronco desprendido componen la mezcla de espectacularidad y desmadejamiento propio del paso a dos de amor en la gramática clásica. Kimo Sandel (Armando), como todo el conjunto del BNF, posee una espléndida planta, línea estirada y movimientos abiertos que conduce con gestos muy naturales, lo cual hace que la tragedia, tan aburrida y blanda, se soporte bien. Susana Virorimáki resalta con los protagonistas en la forma de expresar y, modular su papel con temperamento propio.