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La otra escuela

Alcalá cuenta con un taller de arqueología único de estas características en Europa

Los jóvenes sin cualificación laboral y con edades comprendidas entre los 16 y 25 años que residen en Alcalá y se encuentran sin trabajo tienen una alternativa diferente a los estudios de informática, derecho o medicina. Se trata del Taller-Escuela de Arqueología y Rehabilitación (TEAR) de Alcalá, que funciona desde hace dos años a pleno rendimiento y que es el único de estas características en Europa.

El TEAR, lugar de formación de jóvenes como especialistas en aspectos relacionados con la arqueología y la rehabilitación del patrimonio monumental, comenzó su funcionamiento en 1986, fruto de un convenio firmado entre el Instituto Nacional de Empleo y el Ayuntamiento de Alcalá, aunque su concepción puede trasladarse. al verano de 1984, cuando se inauguró en la ciudad la exposición Recuperar Alcalá, donde se mostraron trabajos relacionados con la arqueología llevados a cabo durante el año anterior.Ya en junio de 1987, con una muestra mucho más abundante y representativa de materiales y documentación que la anterior, se presentó una segunda exposición. No obstante, es en 1988 cuando el TEAR recibe el impulso y el presupuesto suficiente para comenzar su andadura.

Museo temporal

Este trabajo acumulado durante años y recopilado a lo largo de estos últimos ha llevado al ayuntamiento alcalaíno, según el concejal del TEAR, Modesto Quijada, a habilitar parte de sus dependencias como museo temporal hasta que se inaugure Museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid, que se ubicará en el edificio de la Madre de Dios de Alcalá.Pero la característica principal del TEAR es ser el único de su tipo que funciona en Europa, ya que se imparten enseñanzas sobre el proceso completo de restauración o de excavación hasta el punto de concluirlo en unos seis meses, cuando lo normal es dos o tres años.

Los jóvenes, según su capacitación, son repartidos entre los diferentes módulos de que consta el taller-escuela, ubicado en una antigua granja agrícola denominada El Juncal, que se está rehabilitando por profesores y alumnos para dotar de infraestructura a los trabajos arqueológicos y a las rehabilitaciones monumentales que se realizan en Alcalá. Los módulos van desde los pasos iniciales en cualquier excavación, topografía y dibujo, hasta la presentación del trabajo final, técnicos de museos y exposiciones.

En un paso intermedio los alumnos aprenden albañilería, maquetismo, jardinería de espacios históricos, mosaico, y cerámica.

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"En definitiva, los 70 alumnos que componen el taller adquieren un ritmo de trabajo del que normalmente carecen al estar parados", comenta Sebastián Rascón, arqueólogo y jefe de estudios del TEAR.

El taller, enclavado en un terreno de alto valor arqueológico, con una extensión de 60.000 metros cuadrados, cuenta entre sus peculiaridades con que los muebles, vallas y piedras que forman su entorno son reciclados de materiales de desecho.

Uno de los logros del taller, según Quijada, es que alrededor de un 40% o un 45% de ellos han encontrado trabajo en los seis meses siguientes a la conclusión del curso en industrias afines. Otros han formado cooperativas, y la mayoría se ocupan de "tareas afines a la recuperación de patrimonio histórico". Las excavaciones arqueológicas en Alcalá han propiciado empleo a cerca de 400 personas, afirma Quijada.

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