Argentina acepta el duro plan de ajuste económico impulsado por el Fondo Monetario

El Gobierno argentino se ha comprometido a mantener un duro plan de ajuste económico en una carta de intención firmada con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La confirmación de la política de ajuste en la carta al FMI y la aceptación de negociar la reanudación de pagos de deuda externa a los bancos acreedores ha permitido desbloquear para Argentina un crédito del FMI de 240 millones de dólares (25.200 millones de pesetas).

Esta cantidad es un plazo de un crédito stand by de 1.440 millones de dólares, que se había interrumpido el pasado febrero en plena estampida inflacionaria en Argentina. Este pago ha sido posible tras varios días de duras negociaciones en Washington y Nueva York. Una delegación argentina, encabezada por el vicepresidente del Banco Central, Javier González Fraga, que ha pasado a ocupar la dirección del organismo, consiguió el éxito de desbloquear los 240 millones de dólares, sin tener que pagar en el acto a los bancos privados acreedores, tal como el FMI exigía en los primeros contactos.Para liberar los 240 millones de dólares, la delegación argentina tuvo que presentar al FMI una especie de visto bueno de los bancos privados acreedores, que estaban empeñados en cobrar ya una parte al menos de los intereses pendientes de la deuda. La relativa calma de la economía argentina desde la entrada en vigor del último plan económico, el pasado 4 de marzo, ha sido un factor decisivo, además del compromiso de iniciar, el próximo 7 de junio, una negociación con los bancos privados para establecer la reanudación del pago de la deuda externa de Argentina, que no ha efectuado desde abril de 1988. Los atrasos en pagos de la deuda externa argentina ascienden a 6.500 millones de dólares. El total de la deuda externa se estima en unos 63.000 millones de dólares, de los que 40.000 corresponden a deuda con bancos privados.

Carta de intención

En la carta de intención al FMI, que se publicó el martes en Buenos Aires, el gobierno argentino fija en un 2% mensual la inflación para el segundo semestre de este año. Esta cifra parece utópica, a la luz de los datos de la inflación actual. En abril la inflación ascendió a un 11,4% y en estos días se registran nuevas alzas de precios, que hacen imposible conseguir el porcentaje de una sola cifra, que había fijado como meta el presidente Carlos Menem. A pesar de esta espada de Damocles de la inflación, la crisis parece haber tomado un respiro en Argentina. El dólar, que a fines de febrero llegó a cotizarse a 6.000 asutrales, está hoy anclado en torno a los 5.000.En la carta al FMI el Gobierno se compromete a una fuerte política restrictiva con un déficit fiscal de un 1% para los últimos nueve meses del año. Esto impone un mantenimiento en términos reales, con ajustes periódicos, de las tarifas de servicios públicos, que han sufrido alzas brutales los últimos meses. Se prevé además una política salarial restrictiva en el sector público, sin posibilidad de recuperar el atraso producido en marzo.

El gobierno debe aumentar larecaudación fiscal y elevar el IVA hasta el 15%, reducir las transferencias de fondos a las provincias y acelerar la venta deactivos públicos. En este proceso de venta de activos estatales se considera una piedra de toque la privatización de la compañía telefónica ENTEL, que se licitará el 26 de junio. En torno a la privatización de ENTEL ha surgido un obstáculo como consecuencia de una fuerte presión italiana, para conseguir la adjudicación directa de un sistema digital, que quedaría así impuesto a los compradores de ENTEL.