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Los electores de Colombia acaban con el bipartidismo a pesar de la abstención

Antonio Caño

El miedo y el desánimo de los votantes por los partidos tradicionales fueron los factores principales de la altísima abstención, la más elevada de los 12 últimos años, registrada en las elecciones presidenciales del pasado domingo. Las dos fuerzas que se presentaron al margen de los partidos convencionales obtuvieron notorios éxitos, mientras que liberales y conservadores perdieron centenares de miles de votos con respecto a los comicios de cuatro años atrás.

El principal derrotado en las elecciones del domingo, a juicio de políticos y analistas, fue el bipartidismo; el segundo, la guerrilla izquierdista, que, tras el respaldo electoral alcanzado por el Movimiento 19 de Abril (M-19) queda más marginada que nunca de la vida política colombiana."En las elecciones del domingo, el bipartidismo dio paso al pluripartidismo", destacó el el presidente liberal Julio César Turbay Ayala. Opiniones similares fueron expresadas ayer por expertos que destacaban el fracaso de los partidos tradicionales en las principales ciudades de la costa, en las que liberales y conservadores, fueron sobrepasados por el candidato del M- 19, Antonio Navarro.

En esa región del país, foco histórico del clientelismo político, la población estaba acostumbrada a acudir a los centros de votación a bordo de vehículos fletados por los partidos políticos, que previamente habían comprado los votos. El nuevo sistema de votación implantado en esta ocasión hacía imposible esa forma de fraude, por lo cual desapareció el transporte gratuito, el pago por el Voto, y quedó el voto consciente, que fue para la candidatura que representaba el cambio.

Pocos votos

El vencedor de los comicios, el liberal César Gaviria, fue elegido presidente por 2,74 millones de votos, 1,5 millones de votos menos de los que obtuvo hace cuatro años Virgilio Barco. Esto quiere decir que Gaviria será el próximo presidente de Colombia por decisión de menos del 20% de los colombianos en edad de votar. Otro dato preocupante para la clase política es el de que la abstención ha ido en continuo crecimiento desde 1978, cuando fue del 45,34%, hasta el domingo, que fue del 54,15%.Conservadores y liberales pueden calificar de dramática su situación, si consideran además que, de los que han votado, un 36% lo ha hecho en favor del Movimiento de Salvación Nacional y del M-19, es decir, dos fuerzas que se decidieron a desafiar la disciplina bipartidista. Sin recurrir a un exceso literario, se podría afirmar hoy que liberales y conservadores han quedado reducidos a partidos minoritarios, en cuanto a su capacidad de arrastre de los votantes.

El fenómeno del derechista Movimiento de Salvación Nacional parece más perecedero y más ligado a la figura de Álvaro Gómez, pero el caso del M-19 empieza a preocupar tanto a la clase política que el principal diario del país, El Tiempo, habitualmente prudente en el trato al ex grupo guerrillero, decía ayer en un editorial que Antonio Navarro, a quien le atribuye "un pasado violento", engañó a los votantes con un mensaje "más surgido de una tranquila burguesía que de un partido de izquierda".

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Las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que, de la mano del cura español Manuel Pérez, se ha convertido en el grupo insurgente más radical del país, fueron los únicos agentes de violencia en la jornada electoral. El ELN secuestró jurados de mesa, destrozó urnas e impidió la votación en algunas poblaciones. No existe la menor posibilidad de un diálogo de paz entre el Gobierno y esta organización.

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