Fallos importantes
, Carlos Piedra, director del laboratorio Aplicaciones y Control Toxicológico (ACT), dedicado a la caracterización toxicológica de sustancias químicas en los campos de la higiene industrial y el medio ambiente, comenta que el Plan Nacional de Residuos Industriales es un primer paso para abordar el problema de los residuos tóxicos y peligrosos, aunque tiene fallos importantes.
"Una de sus deficiencias más graves es la normativa empleada para la caracterización toxicológica de los residuos, que es una mala copia de la europea. En los códigos de identificación sólo se pide a los productores que definan una o dos propiedades del residuo, y por tanto no se realizan todos los ensayos precisos. Por ejemplo, se define un desecho como irritante, pero no se obliga al productor a efectuar otros análisis para conocer si ese residuo es teratógeno o mutagénico".
La normativa sobre residuos tóxicos y peligrosos deja un margen muy amplio para su libre interpretación. La gran industria química y la farmacéutica disponen de medios para analizar estos residuos, pero muchas empresas químicas desconocen estos asuntos, según Piedra.
Estos residuos, al pasar por un horno incinerador, pueden producir emanaciones contaminantes muy peligrosas que se dispersan en el aire, entre ellas la dioxina. Por esta razón debiera definirse claramente el término tóxico, que es muy genérico, y establecer una norma que obligue. a efectuar una caracterización real de las propiedades de los residuos tóxicos y peligrosos y sus posibles efectos a corto, medio y largo plazo, como son los genotóxicos".
El transporte de estos residuos resulta asimismo muy peligroso, según este toxicólogo. "Otro de los aspectos que no se han tenido en cuenta en la actual normativa es la mezcla de esta clase de sustancias tóxicas, que puede aumentar su peligrosidad". Piedra critica el hecho de que no se haya contado con especialistas en toxicología a la hora de abordar este problema.
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