El Rey suspende visita a la brigada del general que autorizó a disparar el 14-D
, La Casa Real y el Ministerio de Defensa han decidido suspender la visita que el próximo 12 de junio tenía previsto efectuar el Rey a la base del Ejército de Tierra en Cerro Muriano (Córdoba), sede de la Brigada de Infantería Mecanizada número XXI, según ha sabido EL PAIS de fuentes militares. La suspensión del acto evita a don Juan Carlos el trance de aparecer como huésped del polémico jefe de dicha brigada, el general José Cassinello Pérez, quien ordenó a sus subordinados disparar contra los piquetes que les impidieran el paso durante la huelga general del 14 de diciembre de 1988.
La propuesta de suspender, al menos hasta después del verano la visita real a Córdoba partió del actual jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra (Jeme), teniente general Ramón Porgueres Hernández, quien hasta el pasa do día 18 ocupaba la capitanía general de la Región Militar Sur con sede en Sevilla, según las fuentes consultadas. La voluntad de mantener al Monarca al margen de la. polémica provocada por la conducta del general Cassinello habría sido determinante a la hora de suspender el acto, en opinión de las mismas fuentes.Portavoces del Ministerio de Defensa manifestaron ayer que la intención era que el Rey acudiera el 12 de junio a unos ejercicios combinados que tendrán lugar en la base de Cerro Muriano, pero que finalmente se renunció a la idea debido a que don Juan Carlos tiene ese día otros compromisos, concretamente la inauguración de la nueva sede del Parlamento de Murcia. Las maniobras, en las que participarán unidades del Ejército de Tierra y de la Fuerza Aérea, se llevarán a cabo de todas formas.
Polémica orden
La orden impartida por el general José Cassinello, en vísperas de la huelga del 14-D, ordenaba a los mandos de la brigada presentarse en sus destinos al día siguiente y les autorizaba a disparar contra "puntos no vitales" en caso de que los piquetes de huelguistas les impidieran el paso Dicha orden salió a la luz hace 15 días, cuando la capitanía de Sevilla ultimaba los preparativo de la visita del jefe del Estado a Cerro Muriano.
En círculos militares se interpretó la filtración de la orden a los medios de comunicación, con un año y medio de retraso, como un intentó de frustrar las expectativas de Cassinello de ascender en un futuro próximo a general de división. El Ministerio de Defensa negó toda importancia al hecho, alegando que la orden no llegó a entrar en vigor, ya que fue inmediatamente anulada por el inmediato superior de Cassinello, el general Ramón Porgueres cuyos "reflejos" merecieron los elogios de los responsables del departamento.
El ministro de Defensa, Narcís Serra, deberá responder mañana, en la sesión de control del Gobierno que celebra el pleno del Congreso, a una pregunta del diputado del Partido Popular (PP) Javier Rupérez, en torno al affaire Cassinello. La pregunta de Rupérez dice textualmente: %Puede explicar el señor ministro la tramitación que tuvo hacia sus superiores y subordinados la orden dada por el general Cassinello, con motivo de los sucesos del 14 de diciembre de l988?".
La polémica orden ha sido objeto también de otras iniciativas parlamentarias, como la protagonizada por el portavoz de Izquierda Unida (IU) en la Comisión de Defensa del Congreso, Antonio Romero. IU ha exigido la expulsión del Ejército de José Cassinello, hermano del actual capitán general de Burgos y ex jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, por considerar que su conducta es "la más alta traición contra el pueblo que puede cometer un militar".
Defensa ha excluido la posibilidad de que se sancione ahora, ya que no se hizo entonces, al jefe de la brigada de Cerro Muriano, quien une a este cargo el de gobernador militar de Córdoba, a pesar de que, en opinión de algunos juristas, como el catedrático de Derecho Penal Manuel Cobo del Rosal, pudo incurrir en un delito castigado por el artículo 139 del Código Penal Militar.
La orden de disparar el 14-D no ha sido la única actuación polémica del general Cassinello. En agosto pasado trascendió a la opinión pública su decisión de arrestar durante 14 días a un cabo del cuartel de Cerro Muriano que no mantuvo la debida compostura mientras era abofeteado por un teniente coronel. En cambio, el agresor fue castigado con sólo ocho días de arresto por el jefe de la brigada.
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