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El premio de teatro de Berlín, para un ballet sobre Ulrike Meinhof

El premio de teatro Ciudad de Berlín ha recaído este año en un coreógrafo, Johann Kresnik, por su particular labor creadora a lo largo de 30, años de carrera en la RFA. Su última obra, Ulrike Meinhof, insólita biografía a través de la danza de la célebre miembro de la banda terrorista Baader-Meinhof, ha logrado un éxito irrefutable en los Encuentros Teatrales de Berlín. El festival finaliza con un extraño Ibsen Die Frau Von Meer (La mujer del mar), del Kammerspiele de Múnich en el Deutsches Theater de Berlín Este.El premiado Johann Kresnik es capaz de narrar con sus coreografías y músicas una biografía tan concreta y complicada como la de Ulrike Meinhof, con una precisión tal que hace de sus imágenes y movimientos en el espacio un lenguaje tan concreto como el de cualquier obra teatral con texto. Tanto su estética como sus imágenes son duras, radicalizadas, nada embelesadoras y a veces hasta molestas por su estridencia o crueldad.

A través de ellas explica 25 años de historia alemana centrándose en esa dolorosa problemática que la figura de Ulrike Meinhof personifica. No es fácil hablar del terrorismo y mucho menos explicar bailando las motivaciones que inducen a una persona a tomar ese camino. Kresnik lo consigue aunque a veces roza el cliché, la metáfora archisabida y la simbología más cotidiana, pero en ello radica su fuerza expresiva y la conmoción del público.

Tres bailarinas

Tres son las bailarinas que personifican en distintas etapas la vida de Meinhof; destaca, por la fuerza de su presencia escénica, Susana Ibáñez.Katharina Talbach presentó en el festival berlinés junto con el Thalia Theater de Hamburgo un Mann ist mann (Un hombre es un hombre) controvertido. Los brechtianos se sintieron defraudados e incómodos frente a la gran aceptación que tuvo la obra entre el exigente público berlinés.

Todos los personajes presentaban un aspecto de muñecos. Los actores iban revestidos de arriba abajo de una segunda piel y máscaras completas, que daban a sus cuerpos rasgos de caricatura.

Por último, Kammerspiele de Múnich presentó en el Deutsches Theater de Berlín un extraño Ibsen dirigido por Thomas Langhoff. La mujer del mar. Una obra mitológico-realista, que oscila entre el onirismo fantástico y la obsesión histérica de una enfermiza mujer que vive como una sirena. Esta contraposición es la base sobre la que Langhoff construye todo el drama.

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