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Lituania sobrevive pese a 42 días de bloqueo

La república báltica comienza a hacer uso de sus reservas estratégicas de gasolina

, Lituania comienza a hacer uso de sus reservas estratégicas de gasolina, ha informado el Ministerio de Transporte de esta república báltica soviética. De ahora en adelante se proporcionará carburante únicamente a las ambulancias y a los camiones distribuidores de mercancías y productos alimenticios. La falta de gasolina amenaza con dejar sin trabajo a 28.000 chóferes.

Lo primero que salta a la vista en Vilna, la capital de Lituania, es el escaso tráfico. Casi no se ven turismos; sólo transitan camiones y furgones, automóviles de los servicios especiales y trolebuses. Estos últimos se han convertido en el principal medio de transporte colectivo, debido a que la energía eléctrica. por el momento no escasea tanto como la gasolina. Por supuesto, todos los vehículos van repletos y en las horas punta mucha gente opta por regresar a pie a casa.El problema del transporte es el que más afecta a la vida cotidiana de los lituanos. Los habitantes de Vilna, opinan que en lo demás, el mes y medio de bloqueo no ha influido mucho. Esto es algo que sorprende al visitante, pues la imagen que dan los medios informativos soviéticos en general es la de una república en la que la vida ha empeorado drásticamente.

La pobreza que existe en las tiendas de Lituania es la acostumbrada para las otras repúblicas de la URSS. Escasean los televisores y las videograbadoras, las neveras y lavadoras, las planchas y los molinillos de café, la ropa y el calzado de calidad, los muebles...

Precios por las nubes

Sólo en el mercado o en las llamadas tiendas comerciales se pueden comprar buenos artículos. La primera de estas tiendas, de precios libres, se inauguró hace unos días. Sin embargo, gran parte de los productos que se vende en el mercado y en estas tiendas no están al alcance de la inmensa mayoría de la población. Un traje vaquero para niños cuesta en el mercado de Vilna 200 rublos (unas 34.000 pesetas), y el salarlo medio es de 240 rublos mensuales. Un paquete de té inglés de 100 gramos cuesta 15 rublos; los 100 gramos de café instantáneo, 25 rublos; tejanos norteamericanos, 400; zapatillas de deporte importadas, 500; una chaqueta de cuero, 2.000. En las tiendas comerciales un videocasete japonés cuesta 80 rublos; una aspiradora japonesa, 1.500; una cazadora turca, 6.000 rublos.

A pesar del bloqueo, el surtido de comestibles en las tiendas es mucho más amplio que en el resto de la Unión Soviética. Sorprende también que la gente en las calles de Vilna se vea mucho más tranquila y amable que en las de Moscú. El contraste es impresionante, sobre todo después del pánico desatado los últimos días en Moscú, que ha provocado un asalto a las tiendas después de que el primer ministro Nikolái, Rizhkov, anunciara los planes del Gobierno de subir los precios de los alimentos.

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El Gobierno lituano elabora una serie de medidas para evitar que el transporte se paralice con las consecuencias desastrosas que ello implicaría. Aceleran la puesta en explotación de los yacimientos de petróleo con que cuenta la república; hacen estudios para potenciar las fuentes alternativas de energía, como centrales eólicas; establecen contactos directos con empresas soviéticas, incluidas las del petróleo, con el fin de eludir el bloqueo; estudian una drástica subida de los precios mayoristas de la gasolina.

Esta última medida, en opinión del Gobierno, hará que las empresas que tengan gasolina sobrante en Rusia y otras repúblicas de la URSS se la vendan a Lituania.

Sólo el tiempo dirá cuán efectivas son estas medidas, pero el bloqueo económico ya ha dado un resultado inesperado para el Kremlin y es que Lituania está pasando a una economía de mercado con mucha más rapidez que la Unión Soviética.

El bloqueo no ha creado pánico entre los dirigentes lituanos sino les ha obligado a realizar una acelerada reestructuración de la economía, emprendiendo iniciativas insólitas, a reanimar ideas y proyectos olvidados, y a viajar por la Unión Soviética y el mundo en busca de acuerdos comerciales.

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