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ELECCIONES BAJO EL TERROR

"Voto temprano porque tengo miedo"

Los habitantes de las comunas de Medellín madrugaron por temor a los actos de violencia

, "¿Por qué vota tan temprano?", le preguntó esta enviada a la primera mujer que marcó su tarjetón en la escuela Manuela Beltrán, del populoso barrio Manrique de Medellín. "Por miedo", fue la respuesta de esta mujer, mayor de 60 años. "Yo no quiero morir por una bomba ni de un tiro. Yo quiero morirme en mi cama", agregó.

Luego, con ese tono cariñoso que utilizan las matronas de esta ciudad, se dedicó a explicar por qué ella votó por la paz. "Anoche [madrugada del domingo, hora peninsular española] mataron a seis personas en este barrio", dice, sin poder controlar las lágrimas. "Yo lloro por Colombia, por Medellín, porque nos estamos matando nosotros mismos. En este barrio vivimos con miedo. Mire, aquí en este barrio se fundó la mafia; ahora tenemos niños de 12 años que son sicarios. Lo hacen por la ambición del dinero y por el hambre. Pablo Escobar [jefe de un cartel del narcotráfico, nacido en el barrio Manrique de Medellín] es culpable de muchas cosas. Pero Pablo Escobar ha hecho mucha caridad. Yo conozco a mujeres que dicen: 'Si se aparece Pablo yo lo escondo porque él le ha quitado el hambre a mis hijos'. Escriba que en Colombia la violencia es por hambre; ésa es la verdad". Y se fue, mientras se limpiaba las lágrimas.Al igual que esta mujer, la mayoría de los habitantes de las comunas nororientales de Medellín, famosas por ser el escenario de matanzas colectivas, de asesinatos de policías y porque allí viven las bandas de jóvenes y niños sicarios, madrugaron para votar. Madrugaron también para repartir camisetas y propaganda de su candidato preferido. "En esta zona la gente piensa en la paz, pero también piensa en el bolsillo. Sin temor a equivocaciones se puede decir que todas las familias de estas comunas tienen por lo menos un familiar o un amigo relacionado de alguna forma con el narcotráfico", declaró a EL PAÍS un estudioso de los fenómenos que se dan en los barrios pobres de Medellín.

Desde hace unos días, en los muros de estas comunas, construidas en las lomas que rodean a Medellín, aparecieron unos carteles en los que en letras azules se lee: "Vote Lloreda [candidato oficial del socialconservadurismo]. Gaviria: terrorismo, guerra".

Los liberales dicen que es una guerra sucia orquestada por el Partido Social Conservador. Los conservadores se defienden, dicen que no tienen que su campaña es limpia y que sólo apoyan el lema oficial: "Con Lloreda, ahora sí gana Colombia".

Ayer, durante toda la jornada electoral, esta campaña se hizo más agresiva. En una empinada calle del barrio de Manrique, un grupo de hombres que repartían carteles, camisetas y adornaban coches y autobuses Con cartelones que decían: "Estamos con Lloreda; fuera Gaviria", "No más guerra, no más bombas. Vote Lloreda".

"Queremos la paz"

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"Yo me uní a esto porque no quiero más guerra. No soy conservador, soy de extrema izquierda. Pero no quiero que aumente la policía ni el ejército; ellos son los que están creando el caos y ésa es la solución que propone Gaviria". "Nosotros lo que queremos es la paz", agregó otro hombre de mediana edad, "queremos levantar Medellín. A mí me gusta salir de noche a tomarme una cerveza, pero no lo puedo hacer porque en todas las esquinas de este barrio matan. Si la solución es quitar la extradición, que la quiten. Es lo que promete Lloreda y por eso yo le apoyo. Además queremos que no se metan los gringos en nuestro país. No queremos cuatro años iguales a los que nos dio Barco, llenos de sangre y de bombas".

En voz baja, muchos dicen que esta campaña de última hora a favor de Lloreda fue promovida directamente por Pablo Escobar; que él fue quien dio la orden a su gente de apoyar al candidato oficial del socialconservadurismo. Y dan como argumento el hecho de que este proselitismo político se adelantó únicamente en las comunas nororientales y en los sitios que siempre se han ligado al narcotráfico. Envigado es uno de ellos. Allí había pancartas que decían: "Envigado está con Lloreda. Fuera Gaviria".

En esta pequeña población, que forma parte del área metropolitana de Medellín, ayer había alegría. Dos horas después de iniciada la votación se conoció la noticia de la libertad de la concejala liberal Berta Mejía de Serna, acusada junto al abogado Guido Parra y al arquitecto Diego Londoño de cooperar con el narcotráfico. Los tres fueron detenidos el pasado 10 de mayo y los tres fueron dejados en libertad en Bogotá el sábado pasado.

"Nosotros estábamos seguros de la honradez de Berta", dijo a este periódico la jefa de relaciones públicas del directorio liberal de Envigado. "En todas las casas de esta población se mantuvo encendida una vela por la libertad de Berta". La situación de esta concejala era difícil. Las autoridades dieron a conocer el texto de una conversación telefónica interceptada de Pablo Escobar. Los interlocutores eran Jorge Mesa, alcalde de Envigado durante 10 años, y la concejala. En la charla, los dos demostraban claramente su admiración y su disposición a obedecer al jefe del cartel de Medellín. "Usted sabe que en este país hay buenos imitadores de voces. Estamos seguros de la honradez de nuestros dirigentes", agregó la portavoz del liberalismo. Envigado es famoso porque se dice que allí tiene su más seguro refugio Pablo Escobar. A este municipio lo llaman el Mónaco colombiano, porque es el que mayor presupuesto maneja en Colombia.

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