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FERIA DE SAN ISIDRO

Manili asegura que hoy mostrará su toreo de calidad

Oliva y De la Viña se despiden de la feria

Manuel Ruiz, Manili, triunfador absoluto de la feria de 1988, tiene hoy la primera de sus dos oportunidades en el abono de este año, y dice que la aprovechará para mostrar que también sabe torear con calidad. "Es una de las escasas ocasiones", explica, "en que me anuncian frente a una corrida de garantías en lugar de una dura, y se va a notar en mi toreo". Hace el paseíllo con Emilio Oliva y Rafi de la Viña, que con ésta su segunda actuación se despiden del abono. Los toros que tanto gustan al de Cantillana pertenecen a la ganadería de Mari Carmen Camacho.

Manili, 38 años y 13 de alternativa, comenta que su carrera ha sido durísima, enfrentado casi siempre a toros difíciles, lo que ha marcado su forma de torear: "Vamos, que si te pones bonito delante de un toro de Miura, del Conde de la Corte, de Isaías y Tullo Vázquez, o de Murteira, te manda a la luna. No te queda otro remedio que lidiarlo a la defensiva".Por eso está un poco sorprendido de que le hayan anunciado con una ganadería por la que se pelean habitualmente las figuras: "El caso es que a pesar de que me lo merezco por mis triunfos en Las Ventas, como estoy acostumbrado a que no se me reconozcan, casi ni me creía que iba a hacer el paseíllo ante toros de Mari Carmen Camacho". Añade que prueba de ello es que jamás se ha visto anunciado con ellos.

"Mi ventaja con respecto a muchos de los que presumen de figuras", continúa, "es que a los toros difíciles, que ellos no ven ni en pintura, les puedo sobradamente, y con los cómodos soy capaz de torear con la misma calidad con que lo haga el mejor".

Termina este tema indicando que en la época actual casi es mejor apuntarse a las dificiles y agrega que a él le ha hecho mucha gracia las bofetadas que se han dado muchos compañeros por actuar con los toros de Atanasio Fernández, que luego han salido mansos y peligrosos todas las tardes: "Y, claro, como no están acostumbrados, han fracasado. Lo cual es mucho más grave cuando se han elegido previamente".

El de Cantillana califica de injustas a las estructuras de la fiesta, aunque no tiene esperanzas de que cambien a corto plazo, y piensa que una de las pocas plazas donde se suele hacer justicia es Madrid: "Casi siempre que un torero triunfia aquí se hace acreedor a una repetición. Y de eso yo sé mucho".

Lo compara con Sevilla, donde comenta que sus éxitos nunca le sirvieron: "He sido hasta el triunfador absoluto de varias ferias de abril. Pues bien, al año siguiente o no me ponían o lo hacían con las corridas más dificiles".

La mejor arición del mundo

Sus piropos a la afición madrileña, a la que considera, con diferencia, la mejor del mundo, concluyen así: "Todo lo que tengo se lo debo a esta afición. Si no hubiera sido por su apoyo y cariño me habría muerto de hambre o seguiría trabajando en el campo".

Anuncia que la deuda que asegura tener con este público piensa pagarla con la máxima entrega en sus dos actuaciones: "Aunque el toreo de calidad lo desarrollaré hoy, porque mañana, con los toros de Alonso Moreno, ya será otro cantar".

También a Emilio Oliva le gustan los toros de Camacho e intentará no irse de vacío frente a ellos: "Desde luego es imposible que salgan tan malos como los de Galache, que maté en mi anterior actuación, y ya es una ayuda moral". Añade que con su teórico éxito ayudará él también a su nuevo apoderado, Gerardo Roa.

Según opina, en esa actuación pudieron verse apuntes del nuevo Oliva, que califica de sereno, reposado y tranquilo. Agrega que su cambio desde el antiguo torero arrollador es tal que hasta los suele matar a la primera: "Esto último se lo debo a mi hermano el novillero Abel Oliva, que me ha enseñado la técnica, que consiste en adelantar a la vez las dos manos, una con la muleta y la otra con el estoque".

Al igual que Oliva, el tercer diestro, Rafi de la Viña, se despide del abono, en el que ya gozó de una oportunidad, de la que se muestra contento: "Creo que estuve por encima de los dos toros de Samuel Flores que lidié, aunque el público de Las Ventas se mostró un tanto frío".

El albacetense entiende esta señal como un buen síntoma: "Demuestra que esperan tanto de mí, que me exigen al máximo, aunque deben de tener encuenta que sólo estoy en mi tercer año de alternativa y nadie me ha regalado absolutamente nada". De la Viña comenta que él, como todos los de su signo del zodíaco, cáncer, es un luchador nato y un corredor de fondo, que siempre acaba saliéndose con la suya, ser figura. También le encantan los toros de Camacho: "Aunque espero que no se caigan, que es su único fallo".

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