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De Klerk pide el levantamiento de Ias sanciones, pero España sólo está dispuesta a suavizarlas

El presidente de África del Sur, Frederik W. de Klerk, pidió en términos velados, durante su primera visita a España, el levantamiento de las sanciones impuestas a su país, pero sus interlocutores españoles sólo se mostraron dispuestos, para alentar las reformas que ha emprendido, a suavizarlas de forma consensuada con sus socios de la Comunidad Europea. Madrid fue ayer la penúltima etapa de la gira de De Klerk para explicar, en nueve países europeos, sus reformas tendentes a desmantelar el apartheid.

El avión Boeing 707 del jefe de Estado surafricano, al que acompañan su esposa y su ministro de Asuntos Exteriores, Pik Botha, aterrizó ayer a mediodía en el aeropuerto de Barajas dónde le acogió el jefe de la diplomacia española, Francisco Fernández Ordóñez, que le acompañó primero a su audiencia con el rey don Juan Carlos y después a su almuerzo con el presidente Felipe González. Tras una reunión informal con una decena de periodistas De Klerk abandonó Madrid rumbo a Roma a media tarde.A González De Klerk le dijo, según relató a la prensa, que "no habrá vuelta atrás", que las reformas seguirán adelante hasta convertir a su país en una "verdadera democracia" lo que implica que todos los ciudadanos gocen de iguales derechos, incluido el derecho al voto, y que se redacte una nueva constitución que vele por los derechos de las minorías "de forma que las mayorías no usen ni abusen de ellas".

Esta carta magna, que en su opinión debería inspirarse en el federalismo, ha de ser fruto de la negociación y del consenso. Suráfrica, por último, deberá convertirse, por el bien de todos, en el centro de gravedad del desarrollo económico de África Austral.

De ahí que De Klerk pidiese a sus anfitriones europeos que dejen de ver al Gobierno de Pretoria con las "gafas" caducas del apartheid y modifiquen su actitud, es decir que levanten unas sanciones -prohibición de inversiones y de importación de hierro, acero y monedas de oro- que, reconoció, han mermado su capacidad económica. Este cambio es muy necesario, puesto que el desarrollo económico debe acompañar la transición política.

González le respondió afirmando que España y sus socios deseaban alentar las reformas pero dejando muy claro que, a la hora de juzgarlo, se guiarían no por el punto de partida del proceso sino por el cumplimiento y asunción de los valores de la convivencia política y social que imperan en las democracias occidentales. También le confirmó que recibirá en septiembre al líder nacionalista negro, Nelson Mandela, que De Klerk liberó en febrero.

Mientras le esperaba en el aeropuerto Fernández Ordóñez fue más explícito que su presidente sobre las intenciones españolas al explicar que era aun prematuro suspender el castigo impuesto a Suráfrica pero las medidas "pueden suavizarse" y la cumbre de jefes de Gobierno de los Doce en junio en Dublín tomará, acaso, una decisión en este sentido.

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