El Consejo de Seguridad abordará en Ginebra la violencia israelí

El presidente del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el finlandés Maus Tornudd, anunció ayer en Nueva York que la sesión especial del Consejo que tratará la escalada de violencia israelí registrada en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania se celebrará en Ginebra mañana. El anuncio de Tornudd deja sin efecto la petición de visado de entrada en Estados Unidos solicitada el pasado martes por el líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasir Arafat.

El secretario de Estado norteamericano, James Baker, declaró, por su parte, que Estados Unidos, cuyas relaciones con Israel se han deteriorado, está dispuesto a considerar el envío de un equipo de observadores de la ONU a los territorios ocupados si así lo decide el Consejo de Seguridad.Con la reunión del Consejo en Ginebra se sortea el silencio norteamericano a la petición de visado de Yasir Arafat. Es la tercera ocasión en que sus sesiones no se celebran en la sede de Nueva York. En 1972 el Consejo se trasladó a AdisAbeba para tratar temas africanos y en 1973, a Panamá, para solucionar un conflicto relacionado con el canal.

La decisión de la ONU ha evitado que EE UU tuviera que pronunciarse sobre la petición del líder palestino. Algunos analistas estaban convencidos de que el Departamento de Estado autorizaría esta vez la entrada de Arafat en EE UU, permiso que le fue negado al dirigente palestino en 1988, a pesar de su renuncia al terrorismo.

La decisión del Consejo de Seguridad de trasladarse hasta la sede de Naciones Unidas en Ginebra se valora en Washington como el intento de la ONU de no poner a EE UU en la tesitura de tener que decidir sobre el tema de Arafat, en un momento en que Washington está dispuesto a considerar algunas acciones para proteger a los palestinos en los territorios ocupados.

Moderación

En este sentido, el propio presidente George Bush solicitó el pasado martes a las tropas israelíes que usaran la máxima moderación en las zonas ocupadas. "La pérdida de sangre y de pérdidas humanas sólo pueden agravar la tragedia", comentó el portavoz de la Casa Blanca, Marlin Fitzwater, en nombre del presidente.Mientras tanto, se multiplican la tensión y los incidentes en la franja de Gaza ocupada, a la vez que decenas de miles de israelíes celebraban el Día de Jerusalen, con motivo del 23º aniversario de la "liberación y unificación" de la ciudad durante la Guerra de los Seis Días. El comandante de la policía, Yaacov Terner, en previsión de graves desórdenes, ordenó triplicar el número de los efectivos en la ciudad, donde residen 380.000 judíos y 135.000 palestinos.

La población palestina en Jerusalén y en los territorios árabes ocupados de Cisjordania y Gaza cumplió ayer el tercer día de paro, en protesta por el asesinato de siete trabajadores árabes perpetrado por un joven israelí el pasado domingo. Ese ataque y la represión militar israelí contra la población israelí de Gaza que protestó airadamente contra el múltiple asesinato, con un saldo de al menos 12 árabes muertos y cientos de heridos, será debatido por el Consejo de Seguridad. La CE condenó ayer, por su parte, la "trágica matanza" registrada en los territorios ocupados.