Iliescu obtiene la victoria total en Rumania
HERMANN TERTSCH ENVIADO ESPECIAL, Los resultados de las elecciones del domingo en Rumania conceden un triunfo apabullante al presidente en ejercicio, Ion Iliescu, y en menor grado al Frente de Salvación Nacional (FSN), mientras se multiplican las denuncias de abusos e irregularidades durante la jornada electoral. Iliescu podría haber conseguido el 86% de los votos, según los primeros resultados parciales, frente a un 10% de Radu Campeanu, del Partido Nacional Liberal (PNL), y un 3% de Ion Ratiu, del Partido Nacional Campesino (PNC).
En el Congreso de Diputados (Cámara baja), el FSN, con un 69%, se habría hecho con 256 escaños y una cómoda mayoría absoluta. El Partido Nacional Liberal conseguiría el 8% y 31 diputados; el Partido Ecologista, el 4% y 15 escaños; la Unión Democrática de los Húngaros, un 6,5% y 26 escaños; el Partido Nacional Campesino, tan sólo el 3% y 12 escaños, y la Alianza por la Unidad de Rumania, un 2,5% y 10 diputados.Destaca en este resultado, ante todo, la gran diferencia entre el 83% y el 89% que podría lograr Iliescu y el 69% del FSN, lo que, sin duda, se debe a la enorme popularidad que este político goza, pese a las descalificaciones de aquellos que le recuerdan su pasado comunista.
"lliescu también hubiera ganado sin fraude; el FSN, quizá", decían ayer manifestantes de la oposición concentrados en la plaza de la Universidad. Con este resultado, Iliescu se convierte en prácticamente intocable y entra en una posición privilegiada ante las luchas de poder que se esperan en el FSN en un futuro próximo.
También en el Senado el FSN habría cosechado, según pronósticos, sondeos y resultados parciales no extrapolables, un gran éxito con una abrumadora mayoría absoluta de 88 senadores de los 119 de que consta la Cámara alta. El PNL tendría 10; el Partido Ecologista, 4; los húngaros, 7; el PNC, 3, y la Alianza por la Unidad, 2 senadores. Los húngaros, en Transilvania y el Banato, han votado prácticamente en bloque y han convertido al partido de su minoría en la tercera fuerza política de Rumania.
Los observadores internacionales, que en su mayoría partieron ayer sin esperar al recuento de votos, "incontrolable" según algunos de ellos, están divididos en su apreciación de la jornada electoral.
Algunos observadores, entre ellos los senadores españoles Alfonso Cuco y Santiago Pérez García, aseguraron ayer que no pudieron observar ninguna irregularidad y que la jornada se desarrolló con corrección en términos generales, si se tiene en cuenta la falta de tradición democrática y la incultura política de Rumania. Todos coinciden en que la intimidación en el campo existía por la estructura social y la dependencia del poder que ésta crea para los electores.
Garrey Carruthers, jefe de una delegación enviada por la Casa Blanca, dijo que, pese a todas las irregularidades, las elecciones constituyen un gran paso hacia la democracia. Ion Ratiu criticó duramente a Carruthers asegurando que "no se ha enterado de nada".
Descalificación
Otros observadores, como la de legación de la Internacional Democristiana (IDU), ratificó su descalificación de las elecciones expresada a EL PAÍS por su presidente, el austriaco Andreas Khol, antes de cerrarse los colegios. "En cualquier país europeo estas elecciones serían anuladas", dijo. Una encuesta ante los colegios electorales, realizada por un instituto de Demoscopia de la República Federal de Alemania, otorgó a Iliescu el 83% a Campeanu, un 11 %, y a Ratiu, un 6%. Este último mostró ayer a la prensa internacional un vídeo que documenta algunas de las miles de irregularidades denunciadas en todo el país. Grupos metidos en cabinas, electores acudiendo a la urna con cuatro y más sobres de papeletas y un extraño transporte de urnas al caer la noche de la jornada electoral demuestran, según Ratiu, que el fraude en favor del FSN ha sido masivo.
Ratiu anunció que impugnará los resultados de las urnas, y en el Partido Liberal, la tendencia favorable a denunciar los resultados crecía anoche por minutos. Las posibilidades de que prospere una denuncia de este tipo ante la Junta Electoral Central son, sin embargo, muy escasas. Todos los partidos aceptaron la ley electoral.
Para el Frente, las elecciones se celebraron en normalidad, con los inevitables incidentes en un país sin tradición democrática. El FSN acusa a los partidos de la oposición de "patalear" por haber sido derrotados y tener miedo a la decisión del pueblo expresada en las urnas.
Ayer se cumplían cinco meses del comienzo de la revolución en Bucarest y algunos miles de personas acudieron a la plaza de la Universidad, donde, desde hace tres semanas, un grupo de estudiantes y seguidores de la oposición mantienen una posición de fuerza contra el Gobierno, al que consideran heredero directo del derrocado y fusilado dictador, Nicolae Ceasescu.
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