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TALAVERA

Figurones y bichines

Corre por ahí la especie de que los públicos taurinos, excepción hecha del feroche de Las Ventas, tienen unas tragaderas consentidoras. Pero en el quinto de la tarde talaverana, con el mismísimo Espartaco en el ruedo, llovieron almohadillas porque lo que había llovido toda la corrida eran inválidos.Está claro, no obstante, que esos mismos públicos de ira justiciera no conocen el antídoto ante la epidemia de bacilos espartacocos, porque con el sobrero de Sánchez Fabres, el de Espartinas se entregó a sus números circenses y la plaza fue un delirio. Síntoma final: sólo Espartaco salió a hombros.

La plaza de Talavera estaba rebosante -y eso que sus estrecheces son proverbiales y casi es necesario ver la corrida sentado perfilero o, mejor, fundido en más que fraternal comunión con la vecina de asiento-, y era porque toreaban nada menos que Espataco y Roberto Domínguez, de quienes se asegura pelean por el número uno de la fiesta.

Algarra / Domínguez, Espartaco, Mora

Toros de Luis Algarra, novilletes y cornicortos, que en general mansearon, y uno de Sánchez Fabres, áspero. 1º y bis, 5º devueltos por inválidos. El 1º bis, sobrero de Algarra, inválido. 2º y 6º, inválidos sin devolución. 3º, flojo. 4º, menos flojo. 5º bis, sobrero de Sánchez Fabres, con picante y peligro. Roberto Domínguez: estocada caída y dos descabellos (aplausos); estocada caída (dos orejas). Espartaco: estocada caída (ovación y saludos); estocada tendida (dos orejas). Juan Mora: estocada caída (oreja); estocada caída (ovación y saludos). Se guardó un minuto de silencio por el anivesario de la muerte de Joselito. Plaza de Talavera de la Reina, 16 de mayo. Corrida de feria. Lleno.

Pelean muy raro, la verdad. Espartaco, ya queda dicho que practicó con su exitazo habitual el método del todo vale en su segundo, y en el primero ni eso. En ambos toros representó con los subalternos de su cuadrilla la bonita escena de "aquí tié er estoque, maestro", "no, aparta, que estoy cumbre", y después de esto, en realidad, no tenía nada que añadir.

Y Roberto Domínguez en su primero estuvo en plan enfermero desganado, y en el segundo hizo una faena-guiño, así como muy contento de estar aquí y de gustar tanto.

Mora, el más torero

El más torero fue Juan Mora, que con el capote tuvo empaque en sus dos enemigos, y al sexto le instrumentó pases tocados de donaire. Juan Mora necesita creer de verdad en sí mismo, y entonces puede armarla.Más que matar, degollaron todos a las pobres criaturitas, auténticos bichitos con vocación de felpudo y cornamentas, más que discutibles, muy sospechosas.

El hecho de que el 90% de las corridas lidiadas en las plazas de toros españolas se compongan de ganado así de cojín y asfixiadito, y de que las llamadas figuras se crezcan ante él es como para echarse a pensar, lo cual resulta peligroso.

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