Drásticos recortes en el ejército de EE UU
ALBERT MONTAGUT El plan norteamericano de reducción y reestructuración militar, que se llevará a cabo a lo largo de los próximos seis años en Estados Unidos, prevé la eliminación de seis divisiones del Ejército de Tierra, la retirada de dos portaaviones y otras 52 naves de la Marina, la cancelación del programa de submarinos Trident y el aplazamiento de la construcción y despliegue de misiles balísticos móviles intercontinentales. El Pentágono ha propuesto estas rebajas respondiendo a las instrucciones del secretario de Defensa, Richard Cheney.
Las propuestas ofrecen una clara idea de cómo se van a acomodar las Fuerzas Armadas norteamericanas al plan de la Administración de Bush de reducir el presupuesto económico del Pentágono en un 2% anual hasta el año 1997.Los planes de reestructuración en los tres Ejércitos fueron entregados a Cheney el pasado 1 de mayo. Estas propuestas, clasificadas como "secretas" por el Pentágono, deberán ser sometidas ahora a una decisión final que no se hará pública hasta finales del verano y que deberá estar firmada por el secretario de Defensa y por el general Colin L. Powel, responsable de la Junta de Jefes de Estado Mayor.
Las reducciones del Pentágono se acomodan a los cortes presupuestarios en Defensa so licitados por Cheney, que fijó la reducción en 180.000 millones de dólares, que significa un recorte total para el Pentágono de un 2% anual a lo largo de los próximos seis años. Algunos miembros del Congreso, sin embargo, son favorables a que ese porcentaje alcance cuatro o cinco puntos anualmente.
Estos planes de reducción militar representan la más profunda reestructuración llevada a cabo en las fuerzas militares norteamericanas desde 1970. Fue en aquella década cuando se inició un periodo caracterizado por el crecimiento más importante: de las fuerzas militares en tiempo de paz, y que fue justificado por el temor de los presidentes Jimmy Carter y Ronald Reagan a la expansión militar soviética llevada a cabo por Leonid Bréznev.
Los informes entregados ahora el secretario de Defensa evidencian que los jefes militares encargados de mutilar sus propias fuerzas han llevado a cabo un trabajo de cirugía en el que se denota cierta resistencia, resignación y, en algunos casos, creatividad para reducir su capacidad militar sin mermar sus fuerzas.
Portaaviones
La Marina, por ejemplo, ha aceptado recortar el número de portaaviones de 14 a 12, recortar el número de sus hombres en activo de 197.000 a 159.000, detener el programa de submarinos Trident y reducir el programa de construcción de nuevos submarinos y destructores de ataque. En 1997 la Marina tendrá en servicio 488 embarcaciones frente a las '549 que tiene actualmente. La idea de Reagan de dotar a la Marina con 600 embarcaciones ha quedado archivada.
Las Fuerzas Aéreas llegarán a tener 28 alas tácticas de las actuales 36, cuando inicialmente se había hablado de un recorte de sólo seis unidades. También se propone la gradual eliminación de los aviones A-10 y A-7, utilizados como apoyo en determinadas operaciones aéreas y el cierre de 15 bases situadas en el extranjero y otras 17 situadas en territorio norteamericano. El personal del Ejército del Aire pasará a ser de 476.000 hombres de los 545.000 actuales.
El Ejército de Tierra realizará unos recortes profundos que afectarán a los planes trazados, por el presidente Reagan. De las 18 divisiones actuales se pasará a 14, y las divisiones de reserva pasarán de 10 a 8. El Ejército de Tierra sufrirá además un serio recorte en sus presupuestos para el desarrollo de nuevas armas y en el número de efectivos humanos, que en 1997 deberá ser de 580.000 hombres frente a los 764.000 actuales. La Infantería de Marina también se verá afectada por los recortes. Treinta y siete mil infantes de marina tendrán que entregar el uniforme. Siete compañías de fusileros, siete de tanques y nueve escuadrones de paracaidistas serán asimismo eliminados.
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