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30 funcionarios holandeses trabajarán desde sus casas con terminales electrónicos

Isabel Ferrer

El Ministerio de Transportes holandés ha puesto en marcha un nuevo plan contra la contaminación en la zona donde están concentradas ciudades como La Haya, Amsterdam, Rotterdam y Utrecht, que afecta a sus propios funcionarios. Treinta de ellos trabajarán tres días a la semana en sus casas, provistos de ordenador, fax y una línea de teléfono.

Si el experimento funciona, la ministra Hanya Mali-Weggen piensa proponer la modificación de la organización laboral tradicional dentro y fuera de su departamento y reducir así hasta un 20% la contaminación ambiental en la región, la más contaminada de Holanda.El plan ha sido bautizado ya como teletrabajo, y cooperan libremente desde secretarias hasta inspectores generales de Transportes. Todos ellos mantienen su ritmo normal de trabajo sin desplazarse al ministerio, y parecen entusiasmados con la idea, ahora realidad, de evitar durante los próximos meses la ansiedad de los atascos y las filas de coches. Algunas de ellas llegan a sumar hasta 80 kilómetros en días de niebla entre Amsterdam y La Haya.

Con anterioridad, el ministerio trató de fomentar el uso de transportes públicos o autobuses fletados por empresas para que su personal viajara en grupo y olvidara los automóviles. No surtió efecto, a pesar de una atractiva campaña publicitaria en televisión, y por eso ahora parece haberlo previsto todo.

Productividad

Ha programado en los ordenadores toda la correspondencia manejada por los 30 empleados. Mantiene con ellos además un contacto constante a través de una línea especial de teléfono. Los horarios de trabajo no han variado (de 8.30 a 12.00 y de 13.00 a 17.00) pero muchos han experimentado cambios importantes en sus vidas privadas. Los funcionarios que tienen hijos pequeños, por ejemplo, ya no los dejan temprano en las guarderías.Transportes se muestra más cauteloso y espera ahora analizar los efectos secundarios del plan, "porque no se trata de que el funcionario o la funcionaria dejen el coche en el garaje para que lo use cualquier otro conductor durante las horas punta". El contacto entre los trabajadores y sus propios colegas que todavía prefieren la oficina será también examinado en los próximos nueve meses.

El experimento ha costado 700.000 florines (39,2 millones de pesetas), y sus creadores piensan que puede triunfar porque, según afirman, en cualquier trabajo la creatividad es tanto o más importante que el cumplimiento de los horarios o la presencia diaria. Y la productividad sólo puede beneficiarse si el empleado se instala en su mesa sin la angustia y el mar humor de las largas esperas en la autopista, algo que los responsables de Transportes no se cansan de repetir desde que idearon este plan.

Los ministerios holandeses de Sanidad y Asuntos Sociales, así como grandes empresas, han mostrado ya su interés por remitir a sus domicilios a los empleados que quieran adherirse a este plan y desarrollen sobre todo tareas administrativas.

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