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El Congreso Mundial Judío visita el escenario de la "solución final"

Cerca de un centenar de miembros del Congreso Mundial Judío que asisten a las sesiones de esta organización en Berlín acudieron ayer por la tarde a la mansión situada en el lago Wannsee, al sur de la vieja capital del Reich, en la parte occidental, donde se planeó la llamada "solución final" el exterminio de la raza judía. La mayoría de ellos no pudo reprimir las lágrimas mientras cantaban los mismos versículos que entonaron aquellos que se dirigían a las cámaras de gas para ser exterminados durante la II Guerra Mundial: "Ma'amin, ma'amin" ("Creo, creo").

El 20 de enero de 1942, un grupo de altos oficiales de las SS hitlerianas, encabezado por Reinhard Heydrich, se reunió en esta casa durante dos horas para sistematizar las matanzas de judíos que, de hecho, ya venían sucediéndose, especialmente en el frente del Este. Fue allí donde se decidió la construcción de los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, por el hecho de que su localización permitía un fácil acceso por tren, y fue también en el Wannsee donde se optó por el sistema del gas venenoso instalado en las supuestas duchas de los campos como el método más barato y eficaz para el genocidio.Edgar Bronfman, presidente del Congreso Mundial Judío, leyó un discurso preparado por el premio Nobel de la Paz y superviviente de dos campos de concentración Elie Wiesel, quien no pudo acudir alegando compromisos anteriores.

Los líderes judíos se trasladaron a Berlín Oriental donde fueron recibidos por el primer ministro de la RDA, Lothar de Maiziere, quien les aseguró que su Gobierno velaría para que se cortara de raíz cualquier sentimiento antisemítico y xenófobo. La Cámara del Pueblo de la RDA, la primera democráticamente elegida, también recibió a los líderes judíos y guardó un minuto de silencio en memoria del Holocausto. Hasta la fecha, el anterior régimen comunista de la RDA se había desentendido completamente de sus responsabilidades sobre las aberraciones cometidas por el régimen hitleriano durante la II Guerra Mundial, asegurando que la suya era una herencia antifascista y que muchos de sus dirigentes habían sufrido la persecución nazi. Lo cierto es que, si bien es verdad en el caso de algunos de los altos dirigentes, como el propio Erich Honecker, numerosos funcionarios y políticos de los escalones intermedios pasaron directamente de servir a Hitler a servir a Stalin. La RDA no tenía relaciones con Israel hasta que las estableció el Gobierno salido de las elecciones democráticas. Bronfman y Galinski -presidente del Congreso Judío de la RFA-, han aprovechado la ocasión para expresar sus temores a una gran Alemania.

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