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Un plan hospitalario para la Comunidad de Madrid

Marciano Sánchez Bayle

El autor considera que la mala distribución de las camas hospitalarias y la carencia de centros de media y larga estancia están produciendo una grave disfunción de los hospitales existentes, echándose en falta una política de racionalización y aprovechamiento de los recursos.

A raíz de los conflictos de los hospitales de la Cruz Roja y Gregorio Marañón han vuelto a plantearse ante la opinión pública los graves problemas que tiene la red hospitalaria de la Comunidad de Madrid, como ya sucedió hace un año con el informe del Defensor del Pueb1o sobre la situación de las urgencias, y otra vez se pone sobre el tapete la necesidad de una política hospitalaria coherente por parte de la Administración.El promedio de camas hospitalarias públicas por 1.000 habitantes era de 3,1 en 1988. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que éstas se encontraban mal distribuidas, con lo que algunas zonas, como las áreas 3, 8 y 9 (Alcalá de Henares, Móstoles y Leganés), tenían un promedio inferior a 1,6 por 1..000, y otra, la 10 (Getafe), tiene el hospital de referencia en el centro de Madrid (Cruz Roja).

Es bien conocido que la falta de planificación durante el régimen anterior concentró los grandes hospitales en la zona noroeste de la capital, a la vez que los dotaba de dimensiones mastodónticas (se considera que un hospital debe tener entre 500 y 1.000 camas, y en la Comunidad de Madrid cuatro centros tienen entre 1.000 y 2.000 camas -hospital Clínico, La Paz, Ramón y Cajal y Doce de Octubre-, y uno, el Gregorio Marañón, más de 2.600), lo que los hace difícilmente manejables. Hay que señalar que, en los últimos años, los tres centros nuevos que ha abierto el Insalud lo han sido en zonas especialmente necesitadas y con dimensiones más adecuadas.

La primera cuestión que se plantea es si el número de camas existentes es el suficiente o, por el contrario, existe un déficit. La práctica demuestra sin lugar a dudas que hay una carencia importante. Sin embargo, esta constatación precisa de algunas puntualizaclones. La primera es que las camas actuales están dotadas para la asistencia a enfermos agudos y que el porcentaje global de camas por 1.000 habitantes referido a agudos parece suficiente. Sin embargo, la ausencia casi total de camas para media y larga estancia (hay 0,25 camas de media y larga estancia por 1.000 habitantes), hace que se bloquen las camas de agudos con enfermos que podrían ser atendidos adecuadamente en otro nivel. Existe además un envejecimiento progresivo de la población que favorece el que esta falta de camas de crónicos se vaya haciendo día a día mayor. Un cálculo aproximativo cifraría este déficit en más de 5.000 camas para toda la región.

Camas pediátricas

Otra cuestión, ligada con la anterior, es el excedente de camas de pediatría en la región madrileña. El descenso de la natalidad y la falta de previsión han hecho que, según una comisión de expertos, sobrasen en 1988 entre 400 y 500 camas de las 1.939 camas pediátricas de la Comunidad de Madrid. Por otro lado, también se encuentran mal distribuidas, predominando en el centro y norte de la capital, zonas donde es mayor el envejecimiento de la población y hay menos niños.

Hay también una tendencia señalada a nivel internacional de disminuir el número de camas hospitalarias (en EE UU y en Canadá en los últimos cinco años se ha observado una disminución persistente); por ello, hacer referencia a una cifra de camas por 1.000 habitantes debe tomarse como un índice aproximado. Se buscan a la vez fórmulas alternativas a la hospitalización, como la atención de enfermos en su propio domicilio, que hace años prometió la Administración desarrollar ampliamente sin que haya sucedido.

A partir de esta situación habría que plantearse un plan de hospitales para la Comunidad de Madrid que tendría que basarse en los siguientes aspectos:

1. Creación de nuevos hospitales en las zonas más deficitarias y una redistribución de los recursos, asegurando, cuando menos, cuatro nuevos centros hospitalarios como cabeceras de otras tantas nuevas áreas sanitarias en Carabanchel, Vallecas, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes y Getafe, manteniendo un hospital de área en Chamberí Centro.

Reconversión

2. Asegurar la dotación de al menos 5.000 nuevas camas de media y larga estancia en toda la región, para lo que podrían arbitrarse la reconversión de algunas camas de agudos en los centros ya existentes, la utilización con esta finalidad de las 400 camas pediátricas sobrantes y la necesaria creación de nuevos centros para estos enfermos, para así descongestionar los actuales hospitales.

3. Aprovechamiento de toda la capacidad docente existente en los centros sanitarios públicos para la formación posgraduada, incrementando el número de plazas de médicos internos residentes (MIR) en la comunidad.

4. Hacer efectivo el funcionamiento en toda la red hospitalaria de las comisiones de participación de profesionales y usuarios, así como de los sistemas de garantía de calidad.

S. Favorecer la relación entre los hospitales y la atención primaria con sistemas de protocolización de los métodos diagnósticos y de los tratamientos en cada área y con la implantación de la historia clínica unificada.

6. Como instrumento para todo ello, la puesta en funcionamiento de la red integrada de hospitales públicos de la comunidad, que permita la planificación y racionalización de los recursos, así como la existencia de niveles de acreditación y de canales de interrelación entre los hospitales de área y los servicios de referencia.

Mejorar la situación hospitalaria de la Comunidad de Madrid supondría no sólo aumentar las inversiones y enfrentarse a muchos intereses creados, sino, sobre todo, tomar la iniciativa y tener capacidad de negociar con todos los sectores implicados, para poder diseñar una política hospitalaria pública a corto y medio plazo, única vía de conseguir una salida positiva a una situación que lleva más de 10 años bloqueada.

es médico, miembro de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.

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