El mercado desempeña el papel de la censura, según el editor estadounidense André Schiffrin
Pantheon Books, la histórica editorial neoyorquina, abandona la línea culta en búsqueda del 'best seller'
En 1992, entre otras efemérides, Pantheon Books, la mítica editorial de la intelectualidad neoyorquina, cumplirá medio siglo. Pero todo parece indicar que para entonces la prestigiosa línea de autores europeos y estadounidenses pertenecerá a un pasado muerto y enterrado. El imperio Random House, desde marzo, ha decidido que la cultura no es valor primordial en el mercado: el alma de Pantheon, André Schiffrin, se ha visto obligado a dimitir. Ahora Schiffrin está en España: el 4 de mayo pronunciará en Barcelona una conferencia sobre El dinero y la cultura.
"Lo ocurrido con Pantheon", dice André Schiffrin, "es paradigmático de un fenómeno que abarca ya todo el mundo: si en muchos países el principal problema cultural era la censura, ahora el propio mercado se ha convertido en censor. Los grandes trusts devoran a las pequeñas editoriales, para las que el beneficio y la fabricación de best sellers no eran el objetivo. Ahora mismo sólo quedan tres o cuatro editoriales de ese tipo, y las cadenas de grandes almacenes arrinconan a las librerías independientes".André Schiffrin, como su propio nombre, es, como persona y como editor, una síntesis francoanglosajona, la encarnación de una trayectoria editorial que ha publicado a autores como Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre, Julio Cortázar, Borís Pasternak, Kurt Vonnegut, Günter Grass, Noam Chomski, Jean Genet, Gunnar y Alva Myrdal, Eric Hobsbawn, Fay WeIdon, Anita Brookner, Marguerite Duras, John Berger, Studs Terkel, Ralph Nader, Iván Illich, Ingmar Bergman... La mujer de Schiffrin es de origen español, y él mismo es un apasionado de España: la última vez que visitó este país fue en 1987 con motivo del Congreso Internacional de Intelectuales y Artistas celebrado en Valencia.
Historia
Fundada en 1942 en Nueva York por Kurt y Helen Wolff, editores de Kafka y exilados del nazismo, Pantheon Books recibió el refuerzo de Jacques Schiffrin, fundador de Editions de la Pléiade y amigo de intelectuales franceses como André Gide. En 1962 el hijo de Jacques, André, pasó a dirigir la empresa y logró convertirla en el foco más significativo de unión cultural entre Europa y Estados Unidos, sin olvidar prestar atención a Latinoamériea. Publicó tanto ensayos políticos como narrativa o tebeo crítico.
Desde 1961, Pantheon Books pertenece a Random House. Pero, según Schiffrin, nunca hubo problemas con la línea editorial hasta noviembre de 1989, cuando fue nombrado director del trust Alberto Vitale, un gerente profesional a quien André define como "un banquero".
Vitale acusó a Pantheon de haber perdido el año pasado tres millones y medio de dólares (la misma cantidad que Random House pagó como adelanto a Nancy Reagan por sus memorias) y exigió la reducción de 110 títulos anuales a 40, y de la plantilla, de 30 a 5 trabajadores. Según publicó el semanario Newsweek, citando a fuentes de la editorial conocedoras de la situación financiera, Pantheon perdió algunos años hasta 800.000 dólares, y otros incluso ganó algún dinero; en 1988 la cosa había ido peor, pero las fuentes indicaron que Random House podría haberlo soportado.
"Siempre había habido una buena relación con Random", dice Schiffrin, "en el entendimiento de que Pantheon tenía una especialización. Por ser fiel a un acuerdo secreto, no puedo concretar las cifras de la editorial, pero sí asegurar que en casi 30 años el patrimonio ha aumentado 100 veces de valor".
Schiffrin recuerda algún hito en la historia de Pantheon: "Doctor Zhivago tuvo una primera tirada de 4.000 ejemplares, pero acabó vendiendo un millón en edición de tapas duras y ocho en la de bolsillo. También fue importante la Historia de la II Guerra Mundial, de Studs Turkel, con un cuarto de millón de ejemplares. O la historia del Holocausto en tebeo, Maus, de Art Splegelman, que vendió 120.000 volúmenes. Y en la lista de éxitos de The New York Times del último año tuvimos dos libros, entre ellos la blografía de Federico García Lorca, de lan Gibson".
La defenestración, a mediados de marzo, de André Schiffrin desencadenó una ola de solidaridad con el editor. Trescientos cincuenta autores publicaron un manifiesto resaltando el apoyo hacia una empresa como Pantheon: "Se ha concentrado en publicar libros serios para gente seriarnente interesada en el estado de las cosas en el mundo de hoy".
El malo de la película
Alberto Vitale desembarcó como director de Paritheon Books en noviembre pasado. Colocó un lema en su mesa de despacho: "Los tiempos duros no tienen fin. Los tipos duros, sí". De momento, Vitale decidió terminar con la línea de Pantheon Books, que no producía suficientes éxitos de ventas.El problema de Pantheon era pertenecer a Random House, que obtiene 800 millones de dólares de beneficios al año. Random forma parte de Advance Publications, que gana 3.000 millones de dólares. Advance Publications, a su vez, es la rama en el sector de libros de Newhouse Brothers, un holding de 10.000 millones, que acaba de ganar un pleito al fisco por valor de 600 millones de dólares.
"Le dije a André", explica Vitale, "que estábarnos buscando una solución para que Panthecin pudiese verse equilibrada en el sentido financiero". Se supone que ahí hubo un forcejeo entre reducir a 40 títulos la producción o dejarla en 60. Schiffrin arrojó la toalla.
Alberto Vitale, a las órdenes, pues, del magnate S. I. Newhouse, no se recata de contar en las entrevistas que no tiene por costumbre leer libros. Como mayor éxito en su historial editor, cuenta con la recomendación de publicar la autobiografia del superempresario Lee lacocca.
A Vitale no le preocupa, o al menos eso asegura, la posible fuga de autores solidarios con Schiffrin. Por contra, tiene proyectos para absorber otras editoriales de prestigio cultural, pero no productoras de grandes éxitos tal como los entienden los nuevos tiburones. "Estoy interesado en comprar Grove", dice.
Grove Weidenfeld es conocida por su política favorable a editar autores como Heriry Miller y Samuel Beckett. Editoriales de ese tipo son la ambición de los grandes trusts, porque no suponen una inversión gravosa y además confieren prestigio.
Babelia
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