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Hafez el Asad busca en Moscú un nuevo tipo de relaciones sirio-soviéticas

Ángeles Espinosa

El presidente soviético, Mijaíl Gorbachov, y el sirio, Hafez el Asad, se entrevistarán hoy en Moscú, en la que constituye la primera visita del dirigente árabe a la Unión Soviética en los últimos tres años. El encuentro, calificado de "histórico" en medios árabes, busca establecer un nuevo marco para las relaciones entre los dos países a la luz de la nueva política exterior dictada por la perestroika, a la que Asad no se ha convertido.La visita del líder sirio responde a una invitación de Gorbachov transmitida en marzo último por el presidente de la Asociación de Amistad Soviético-Siria y miembro de Comité Central del Partido Comunista, Fikrat Tabaiev. La convocatoria pretendía alejar cualquier duda sobre el estado de los lazos entre los dos países, que la URSS sigue considerando "estratégicos".

Apertura

En los últimos meses la apertura política iniciada por Moscú ha tenido una repercusión directa en sus relaciones con el mundo árabe, y muy en especial con Siria, su principal aliado en la región. Las autoridades de Damasco han visto con preocupación cómo sus amigos soviéticos se volvían reticentes a la entrega de nuevas armas ultramodernas, a la vez que comenzaban a hablar de la necesidad de que Siria olvidara su objetivo de paridad militar con Israel y pusiera el acento en su capacidad defensiva. La nueva política del Kremlin, que sus representantes en Damasco se encargan de airear con una facilidad inusitada en la zona, habla de poner fin al armamentismo en Oriente Próximo."La Unión Soviética y Siria intentan intercambiar sus puntos de vista sobre el logro de la paz y la seguridad global en Oriente Próximo", explicó el pasado jueves en Damasco el embajador soviético, Alexander Zotov.

Tras el deseo de Moscú de disminuir sus compromisos militares en Oriente Próximo existe también un problema económico. La deuda siria con Moscú alcanza los 10.400 millones de dólares, con la dificultad añadida de que Damasco, serio en sus compromisos financieros, no paga en divisas fuertes, sino en especies, algunas tan curiosas como perfumes y productos de tocador. Otro factor que viene a complicar las buenas relaciones bilaterales es la controversia sobre la emigración de judíos soviéticos a Israel.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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