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La vaca primero, después la mujer

Los hombres de una comarca suiza decidirán el domingo la concesión del sufragio femenino

Hay un dicho de Appenzell Innerhoden que dice: "Primero viene el hombre, después la vaca y al final la mujer". El próximo domingo, 4.500 hombres de la citada región, en el noreste de Suiza, decidirán a mano alzada -en una fiesta de gran colorido, armados de espadas y en la plaza. mayor de la, ciudad más importante de Appenzell- si permiten o no votar a las mujeres en lo que a temas locales y cantonales se refiere.

"Será un gran momento,. somos probablemente el último rincón de Europa que no ha garantizado el voto y eso no puede seguir así a causa de una tradición", dice Walter Nicklaus, un vendedor de 28 años de la localidad.Suiza se ha mantenido a la zaga, detrás de la mayoría de países industriales europeos, en la igualdad de derechos para la mujer. El sufragio femenino a nivel federal fue introducido en 1971 -en 1928 lo fue en Gran Bretaña y en 1944 en Francia- y la ley de igualdad de derechos data de 1981. Las mujeres de Appenzell Innerhoden pueden votar en asuntos nacionales, pero están excluidas de la política a nivel cantonal en un país donde las autoridades locales dirigen importantes asuntosa sociales, educativos y de medio ambiente.

El domingo, los hombres se reunirán en un fiesta de gran colorido, una pomposa muestra de democracia directa suiza, que goza de cinco siglos de tradición, conocida con el nombre de Landesgemeinde. Los hombres elegirán representantes locales y votarán una serie de temas, desde como mejorar la recepción de los canales televisivos en la zona hasta la reforma de los impuestos. Cada uno debe llevar su espada, la cual no es solo un símbolo de democracia patriarcal, sino una especie de carné electoral. Sin espeda no se puede entrar en la plaza Landesgemeinde.

Rodillos de cocina

Antes de salir de la plaza donde se desarrolla el evento, los hombres deben jurar lealtad a su cantón y cantar la canción de Landesgemeinde. Los opositores al voto femenino citan la protección de este festejo como una razón para su punto de vista."Dañaría la fiesta que hubiera mujeres aquí llevando rodillos de cocina o cualquier otra cosa en lugar de espadas", dice Louisa Broger, una ama de casa, que no ve ninguna razón por la que las mujeres deban tener voto y está molesta por la atención que los medios de comunicación ponen en el tema. La fiesta del domingo será retrasmitida en directo a toda Suiza.

Otra mujer dice que no le gustaría que se politizara el acto. "Es una fiesta de los hombres, ¿por qué las mujeres quieren tomar parte en él?. Están casadas con hombres y por lo tanto deberán aceptar mucho de lo que hacen sus mandos", afirma una joven en una panadería. Un hombre añade que la región ya ha votado en dos ocasiones en contra del sufragio femenino. Esta región, situada entre montañas, está poblada por 13.000 personas que viven en granjas y que no les gusta que la atención de los curiosos.

Las autoridades locales de Appenzell temen que el tribunal federal les obligue a reconocer el sufragio femenino y antes que somerterse a esa dictamen votarán sí.

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