Galicia en un libro azul

La entrevista que Felipe González y Manuel Fraga mantendrán mañana en el palacio de la Moncloa supondrá la culminación de los dos primeros meses de mandato del dirigente conservador al frente del Gobierno autónomo gallego, caracterizados por una intensa actividad exterior. Fraga llegará a Madrid con una minuciosa relación de proyectos, recogidos en lo que sus colaboradores denominan ya el libro azul, que expondrá durante dos días en reuniones personales a todos los miembros que integran el Gabinente socialista, excepto Alfonso Guerra.

El presidente de la Xunta desea obtener el apoyo de la Administración central para sus principales medidas de Gobierno.Desde hace varias semanas los colaboradores de Fraga trabajan en la preparación de la entrevista con Felipe González, de la que el jefe del Ejecutivo gallego espera conseguir el respaldo del Gobierno para los más destacados proyectos anunciados desde que tomase posesión de su cargo el pasado 5 de febrero. En estos dos meses el presidente de la Xunta se ha volcado en la política exterior y ha mantenido ya encuentros con Jordi Pujol, José Antonio Ardanza y José Rodríguez de la Borbolla. Sus dos días en Madrid serán frenéticos ya que Fraga tiene previsto entrevistarse por separado con todos los ministros del Gobierno.

El apoyo de la Administración central es decisivo para que el presidente-fundador del PP logre sacar adelante la iniciativa más ambiciosa de su recién estrenado mandato y que, según admiten fuentes próximas al titular de la Xunta, podría provocar el primer enfrentamiento serio de los últimos meses entre Santiago y Madrid.

El veterano dirigente conservador anunció por sorpresa hace algunas semanas que su Gobierno está dispuesto a anticipar de sus propios fondos 100.000 millones de pesetas, recurriendo a créditos con entidades financieras, para construir antes de 1994 dos nuevas autovías de acceso a Galicia.

De este modo Fraga pretende forzar a la Administración central para que adelante el inicio de las obras de dos carreteras de grean importancia estratégica de cara al relanzamiento económico de la comunidad autónoma y que según los planes actuales del Ministerio de Obras Públicas no estarían terminadas antes del año 2000.

Este proyecto ha sido consensuado por la Xunta con todos los partidos de la oposición, excepto el PSOE, pero ha chocado con el rechazo del ministro Javier Sáenz de Cosculluela y del presidente de Asturias, el también socialista Pedro de Silva. Sin embargo Fraga está dispuesto a forzar al máximo la negociación y el plan e autovías figura como principal prioridad en su agenda de trabajo para la entrevista con González.

El presidente de la Xunta también expondrá al Gobierno socialista otras medidas anunciadas durante las últimas semanas, con el claro objetivo de asombrar a la opinión pública gallega en el inicio de su gestión al frente del Gobierno autónomo.

Plan contra incendios

Fraga pedirá apoyo para un espectacular plan contra los incendios forestales, auténtico calvario de su antecesor, el socialista Fernando González Laxe, en el que la Consellería de Agricultura proyecta invertir 5.000 millones de pesetas, un presupuesto equivalente a otros departamentos como Cultura.La cobertura financiera para la transferencia del Insalud a Galicia y la solicitud de que la Comunidad Europea negocie cuanto antes un nuevo acuerdo pesquero con Namibia ocuparán lugares destacados en las gestiones de Fraga ante el Gobierno central.

La expulsión de los barcos españoles de los caladeros surafricanos ha sumido a la flota congeladora gallega en una profunda crisis que afecta a cerca de 50.000 familias y amenaza con convertirse en uno de los principales focos de conflictividad social para la nueva Xunta del PP.

La visita de Fraga a Madrid coincide con la presentación ante el Parlamento autónomo de los presupuestos de la Xunta para este año, que superán los 350.000 millones de pesetas, casi un 25% más que en 1989. Este esfuerzo financiero, que parece echar por tierra las promesas del presidente de hacer de la austeridad la bandera de su Gobierno, le obligarán a emitir 45.000 millones de pesetas en deuda pública, la cifra más alta de la historia de Galicia.