Inquietud de Bush y Thatcher por las nuevas amenazas a Vilna

El presidente norteamericano, George Bush, y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, encuentran "profundamente inquietantes" las nuevas amenazas soviéticas a Lituania y han advertido que una intervención de Moscú en la república báltica afectaría seriamente a las relaciones Este-Oeste.Sin embargo, los máximos dirigentes de los dos países no han anunciado qué medidas estarían dispuestos a tomar si el presidente Mijail Gorbachov lleva a cabo su amenaza de cortar los suministros básicos a Vilna.

La situación en Lituania acaparó prácticamente la atención de los informadores en la conferencia de prensa ofrecida por Bush y Thatcher al término de la reunión de un día, el viernes, en las Bermudas, la colonia británica situada a 1.000 kilómetros de la costa norteamericana que en el pasado ha servido como sede de innumerables cumbres anglonorteamericanas.

La amenaza de Gorbachov de cortar los suministros básicos a Lituania, incluidos el petróleo y el gas natural, si no cancela su declaración de independencia estalló en Bermuda poco antes de terminar las reuniones a puerta cerrada entre Bush y Thatcher.

Al principio de su conferencia de prensa conjunta, los dos dirigentes trataron de esquivar las preguntas de los periodistas con la excusa de que hasta ese momento sólo disponían de informaciones de agencias procedentes de Moscú. Pero presionados una y otra vez, no tuvieron más remedio que agarrar el toro por los cuernos.

El presidente norteamericano manifestó que las nuevas amenazas soviéticas eran "profundamente inquietantes", a la vez que hacía un llamamiento a Gorbachov para que intente resolver la crisis lituana por la vía de la negociación. "No es el momento de escalar [el conflicto]", dijo Bush. "Es el momento de conversar".

Por su parte, Thatcher fue un paso más allá que Bush y advirtió de las consecuencias negativas que una intervención soviética en Lituania tendría en las relaciones Este-Oeste. "Hemos recorrido un largo camino en las relaciones entre la Unión Soviética y el mundo libre. Deseamos que esa mejora continúe, pero no podrá continuar si la URSS recurriera a la fuerza", declaró Thatcher.

En un mensaje directo a Gorbachov, la primera ministra manifestó: "No pretendemos dar lecciones a nadie, pero tenemos todo el derecho a expresar nuestras opiniones". El líder soviético había manifestado el jueves, en una entrevista concedida en el Kremlin a un grupo de senadores norteamericanos presididos por el líder demócrata de la Cámara alta, senador George Mitchell, que la Unión Soviética no necesita que le den lecciones" sobre cómo resolver sus problemas internos.

La reunión anglo-norteamericana forma parte de una serie de encuentros entre Bush y varios líderes occidentales previos a su cumbre de finales de mayo con Gorbachov. El presidente se reunió a principios de semana con el primer ministro canadiense, Brian Mulroney, y lo hará el jueves en Florida con su homólogo francés, François Mitterrand.

Sobre la unificación alemana y el papel futuro de la Alianza Atlántica, ambos líderes se mostraron totalmente de acuerdo en que la OTAN sigue constituyendo "el corazón de la defensa occidental" y en que una Alemania unida debe seguir perteneciendo a la Alianza.