La 'cumbre de la droga' pide que se erradique la coca por medios biológicos
La declaración política final de la reunión ministerial sobre la droga que hoy concluye en Londres pide que se preste más atención a la erradicación del cultivo de la coca con medios biológicos. Carlos Iturralde, ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, uno de los principales países productores de la planta de coca, dice que no suscribirá tal declaración e insiste en que ha de acentuarse el desarrollo alternativo, no necesariamente a partir de la sustitución de cultivos.
Alrededor del 20% del producto interior bruto boliviano procede de la exportación de la coca y de sus derivados. Para Bolivia, un país que intenta salir del pozo del subdesarrollo, la actividad económica relacionada con este cultivo es capital y no va a admitir que se le combata "con medios biológicos o químicos, como se está hablando aquí", dice Iturralde, quien ve en ello graves riesgos para el futuro.La agencia antidroga norteamericana (DEA) ya está experimentando en Perú un plan de defoliación de coca en el que Melvin Levinsky, secretario de Estado adjunto para Asuntos Internacionales de Narcóticos, confía ver parte de la solución al problema. El herbicida con que la DEA trabaja, conocido como spike, no parece afectar a otras plantas, y, dice Levinsky, tiene unos efectos sobre el medio ambiente menores que la destrucción de selva tropical llevada a cabo para crear espacio al cultivo de coca.
Destruir las plantaciones
El Gobierno boliviano está inmerso en una campaña para convencer a los agricultores de que destruyan sus plantaciones de forma voluntaria -"en los tres últimos meses se han destruido de esa forma más plantas que en todo el año pasado", señala el ministro-, pero esa campaña no puede realizarse creando un vacío económico que puede generar peores problemas. "La caída del precio de la coca (materia prima barata) hace que los campesinos comiencen a hacer pasta de coca (producto semielaborado más caro) y no queremos que nuestro país se convierta en un productor de cocaína". La salida al conflicto pasa por el desarrollo alternativo, en el que está implicado España, "que no debe entenderse necesariamente como sustitución de cultivos, sino en la creación de otras industrias, irrigación, infraestructura...", enfatiza Iturralde. "Se trata de sustituir la economía de la coca, no el producto".Junto a la reducción sustancial de la demanda, el logro de alternativas de desarrollo es una de las claves para poner coto a la producción de materias primas necesarias para conseguir cocaína o heroína. La princesa Ana, que ayer intervino ante el plenario, se preguntó qué precio está dispuesto a pagar el mundo por el café y el algodón a cambio de que su cultivo sustituya a la coca. A Iturralde no le satisface esa oferta y pone como ejemplo el caso de unos agricultores bolivianos que cambiaron hace cuatro años coca por café y ahora se encuentran con que la caída del precio del café les impide cubrir gastos de producción.
El director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, afirmó ayer que, como bioquímico experto en el cerebro humano, conocía de sobra los efectos de la drogadicción. "La drogadicción ha de ser tratada junto con otros temas, tales como la sanidad, el medio ambiente, la biología y los estudios sociales y cívicos", señaló.
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