Vargas Llosa deshoja la margarita de la segunda vuelta
El novelista Mario Vargas Llosa, de 54 años, vencedor con un mínimo margen de votos en la primera vuelta de la elección presidencial de Perú, deshoja la margarita y guarda silencio sobre su posible renuncia a disputar la segunda vuelta con el ingeniero de origen japonés Alberto Fujimori acudió ayer tarde a casa de Vargas Llosa para hablar con él, permaneciendo en ella 15 minutos y sin que se desvelara la razón de su visita. Mientras, los expertos en derecho constitucional se devanan los sesos ante las consecuencias de una eventual renuncia de Vargas Llosa. La Constitución peruana no prevé la retirada de un candidato e impone taxativamente la segunda vuelta cuando en la primera ninguno de los candidatos obtiene mayoría absoluta.
Algunos periódicos de ayer en Lima salieron llenos de escandalosos titulares en primera página con el anuncio, más o menos velado, de la renuncia de Vargas Llosa. "Vargas Llosa se retiraría", tituló a toda página El Nacional. "Vargas Llosa declinaría la candidatura", escribió con igual despliegue La República. El uso del potencial implica la duda, o el deseo, de periódicos que se oponen a Mario Vargas Llosa y su coalición liberal conservadora del Frente Democrático (Fredemo).Vargas Llosa se encerró en su casa de Barranco, donde el lunes mantuvo reuniones con la familia y también recibió al ex presidente Fernando Belaúnde Terry, uno de los socios del Fredemo. Cuando ya había oscurecido, llegaron a las puertas de la casa docenas de jóvenes seguidores del novelista. Con sus gritos le hicieron salir a saludar.
El candidato se retiró al interior, pero la insistencia en los gritos de "¡Mario, presidente!", durante más de hora y media, le obligó a volver a salir y a improvisar un minimitin. El novelista habló desde la azotea, con su esposa Patricia al lado. Abajo, los jóvenes le pedían una definición: "Querernos instrucciones, Mario", gritaban. Pero no hubo ningún pronunciamiento firme de novelista.
Gritos racistas
Surgieron algunos gritos despectivos para El Chino, es decir, Fujimori, que, según las proyecciones finales, consiguió el 28,3% de votos, tan sólo el 1,2% menos que el novelista, que quedó en un pobre 29,5%. Vargas Llosa advirtió a sus entusiastas y juveniles seguidores contra cualquier forma de racismo.Dijo el novelista que "debo lamentar que he oído unos estribillos que son totalmente inaceptables. Llamar, como llamaron, a alguien nacido en nuestro país, que pertenece a una comunidad muy respetable, la comunidad de origen japonés, como si fuera un extranjero, como si no fuera peruano. Una de las cosas maravillosas que tiene nuestro país es que es el país de todas las razas y de todas las culturas. Se puede ser peruano siendo negro, se puede ser peruano siendo blanco, se puede ser peruano siendo indio, se puede ser peruano siendo chino, siendo japonés. Ésa es una de las grandes riquezas de nuestra patria: ser una encrucijada, donde se encuentran y se funden todas las tradiciones y todas las culturas".
Siguió Mario Vargas Llosa con una expresiva condena contra el racismo y dijo que "el señor Alberto Fujimori es tan peruano como yo o como ustedes". La definición que pedían, de forma insistente, sus seguidores quedó pendiente. Vargas Llosa se limitó a decir que "estoy seguro que vamos a librar juntos otras muchas batallas pacíficas, como ésta que acabamos de librar, para bien de nuestra patria y para bien de Perú".
A la salida de la casa del novelista, ante la pregunta sobre una posible retirada de Vargas Llosa, Belaúnde respondió que "eso lo debe pensar el propio Mario y todos confiamos en su inteligencia y en su sentido patriótico".
Viejos partidos
Análisis de algunos expertos señalan en Lima que los viejos partidos agrupados en el Fredemo podrían sentirse frustrados por el escaso caudal de votos conseguidos por Vargas Llosa, pero, al menos, del lobo un pelo, han conseguido una respetable presencia en las Cámaras.El Fredemo es el grupo con más senadores y diputados. Si Vargas Llosa se retira, el escritor quedaría quemado políticamente, pero los viejos partidos se habrían rehabilitado y con un buen número de curules parlamentarios. Al mismo tiempo, para el sector capitalista y empresarial que apoyó la candidatura del escritor, la operación le habría resultado también rentable, porque la izquierda ha quedado casi aniquilada y el APRA ha resultado eliminado en la primera vuelta electoral y queda fuertemente debilitado.
[En las filas de Fujimori ayer se mantenía el ambiente de triunfo. Un tío del candidato de Cambio-90, Tomiya Inomoto, residente en la localidad japonesa de Kawachimachi, declaró ayer que esperaba que su sobrino fuera elegido presidente de Perú para "restablecer la normalidad socioeconómica del país, con la ayuda de las personas de origen japonés". Inomoto lamentó "no poder ir a Perú para ver cómo mi sobrino es nombrado presidente, ya que el cultivo de las mandarinas no me deja tiempo libre", informa Efe.]
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