González responderá con dureza si la oposición lanza acusaciones de corrupción

El presidente del Gobierno, Felipe González, pretende que a partir de hoy comience la legislatura al dar por cerrada la provisionalidad que él mismo estableció hasta tanto no se cerraran los conflictos electorales, y responderá con dureza a la oposición sólo en el caso de que ésta haga acusaciones de corrupción. González se esforzará hoy en el debate de la cuestión de confianza en deshacer la imagen "irreal" que percibe en relación con la escasa solidez de este Gobierno, según informaron colaboradores del presidente.

El jefe del Ejecutivo salvará este trámite, al que se somete voluntariamente, con los 175 votos de su grupo más el de las Agrupaciones Independientes de Canarias, frente a 132 noes del Partido Popular, Izquierda Unida y la mayoría del Grupo Mixto. Habrá 38 abstenciones procedentes de CIU, CDS y PNV.El jefe del Ejecutivo tiene previsto utilizar un tono moderado ofreciendo la posibilidad a todos los grupos de la Cámara de que colaboren en la toma de decisiones de asuntos de "especial trascendencia", aunque dejará claro que con su mayoría tendría "suficiente" para legislar en solitario. El fomento del empleo, el desarrollo de las infraestructuras, la reforma fiscal, la política de rentas, la reforma del sistema educativo, la política antinflacionista y la profundización del Estado de las autonomías serán los asuntos que González esbozará como susceptibles de acuerdo entre todos los grupos.

Este clima de diálogo es el que el Gobierno pretende que hoy se mantenga, aunque todo dependerá de la forma con la que el Partido Popular e Izquierda Unida "traten el asunto de Juan Guerra", según dijeron los mismos portavoces. Hasta ayer en IU se aseguraba que Julio Anguita pediría hoy la dimisión del vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra. Entre tanto, José María Aznar, no solicitará expresamente esta dimisión aunque sí afirmará que el vicepresidente y el presidente tienen responsabilidades políticas.

Si este escándalo no es pieza fundamental, como así parece, de los discursos de Anguita y, Aznar, el presidente del Gobierno tampoco se extenderá sobre ello, aunque sí tendrá un capítulo de reproches, siempre en el apartado de réplica y no en el discurso inicial, para quienes han puesto en duda "la pureza del sistema democrático y las garantías electorales". Según los portavoces consultados este asunto ha indignado a Felipe González para quien si la oposición continúa por este camino "lo que pone en peligro es la propia estabilidad del sistema democrático", siempre desde la perspectiva socialista.

Todo ello no enturbiará la firme decisión del Gobierno de que el Partido Popular se una al clima de diálogo al que están dispuestos el CDS, PNV y CiU en temas fundamentales aunque los socialistas prevén que la oposición seguirá magnificando en contra del Gobierno "temas menores", según califican en la Moncloa las acusaciones de presuntas corrupciones.

De este debate el presidente del Gobierno quiere obtener, además de principios de acuerdo sobre asuntos generales, la proyección al exterior de que el Ejecutivo, y sobre todo su presidente, lleva la iniciativa en los asuntos de Estado y que es absolutamente "irreal" la imagen creada de que está "arrinconado".