En la Villa

Si hay un disco de música brasileña presente en miles de hogares españoles, ése es sin lugar a dudas el que recoge una actuación de Vinicius de Moraes, Toquinho y María Creuza en el cafetín La Fusa de Mar del Plata, en Argentina, según aquella peculiar fórmula de "la chica, el poeta y la guitarra".Vinicius nos abandonó hace ahora 10 años, pero María Cretiza, una de sus chicas preferidas, sigue afortunadamente entre nosotros.

Si en su anterior visita hubo quien le reprochó a María Creuza que mezclase sin ton ni son temas clásicos con cosas más recientes, en está ocasión apostó por lo seguro a sabiendas quizá del tipo de público que iba a asistir a sus recitales. Así, interpretó canciones de autores de siempre (Ary Barroso, Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes) con sólo un par de concesiones a la deliciosa Bésame, de Flavio Venturini, y a la inspirada Nos bailes da vida, de Milton Nascimento y Fernando Brant. Lo malo es que las versiones ofrecidas no logran superar a las originales. Les falta, por lo general, ese toque de sutileza y sofisticación de los que suele hacer gala la mejor música brasileña.

Tampoco la intensidad sonora del acompañamiento favoreció sus cualidades vocales, ya que su canto brilla sobre todo cuando los instrumentos permiten oír sus matices, como sucedió en el Samba en preludio o en Se todos fossem iguais a você. Precisamente uno de los momentos más interesantes se produjo al quedarse sola junto a Jayme Marques. Apenas una voz y una guitarra, un planteamiento en el que los brasileños han demostrado ser maestros.

Al final, el archiconocido Usted abusó, el gran éxito de María Creuza. Los nostálgicos pudieron tener la sensación de revivir en directo y en la Villa el ambiente de un lejano café de Mar del Plata en el que nunca entraron pero que forma parte de sus vidas.