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Reconciliación en Namibia

Los 'homelands' se disponen a celebrar la independencia el día 21, pero no todos han hecho la paz entre sí

ENVIADA ESPECIALEl día 21 se celebra la proclamación de la independencia de Namibia, en cuya capital, Windhoek, se han concentrado ya más de 150 delegaciones extranjeras para asistir a las celebraciones. Pero en el nuevo país no todas las tribus están dispuestas a hacer la paz entre ellas, aunque la consigna general sea la reconciliación. Tal es el caso de los jefes Moralisuani y Mamili, de la región namibia de Caprivi.

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Los dos jefes se sentaron frente a frente con la medi.ación de la ONU, vestidos con traje de chaqueta y corbata. Pero no sirvió de nada, pues no están dispuestos, a hacer las paces ni siquiera ante la inminente proclamación de la independencia. Sus gentes ternen que su tozudez pueda amargarles las fiestas, a pesar de que reconciliación es la consigna que los medios de comunicación repiten de forma machacona por todo el territorio: reconciliación entre los blancos que van a quedarse y los negros que los identifican con los opresores surafricanos.Reconciliación también entre las tribus negras que durante años estuvieron enemistadas por el colaboracionismo, de unas con los surafricanos y el apoyo de otras a la lucha por la liberación. Entre los colaboracionistas, un ingente número de bosquimanos ha optado por marchar para siempre con los surafricanos.

Una señal triangular, con la figura de un elefante, advierte del peligro que a pocos metros de allí costó la vida a tres miembros de los cascos azules, que hace un año se desplegaron por el territorio namibio para supervisar el proceso de independencia.

La naturaleza acecha desde cualquier esquina en Caprivi, la estrecha franja de Namibia que se dispara al Noreste como un largo brazo que toca Botsuana, Angola, Zambia y Zimbabue.

Katima Mulilo, a unos 1.000 kilórnetros de Windhoek, es la capital de este paraíso exuberante, que constituye una isla en un país víctima de la desertización. Hace un año, a unos 30 kilómetros del poblado se hallaba una de las mayores bases de las tropas surafricanas en Namibia. Desde allí tenían a su alcance, con operaciones relámpago, la mayor parte de los países que apoyaban desde sus fronteras a la SWAPO, la guerrilla que durante casi 30 años se enfrentó a su presencia en Namibia.

Dos tribus

Dos, tribus integran la población capriviana, la de los subia y la de los mafue. Moralisuani es el jefe de los subia, que cuentan con 25.000 individuos y viven en la zona oriental de la franja. Mamili dirige a los mafue, que habitan la zona oeste y que, con 30.000 personas, son mayoritarios.Los subia son pescadores y tienen su capital en la aldea de Bukalo. Son mayoritariamente católicos, aunque su jefe no ha sido bautizado por tener varias esposas. Los mafue, en cambio son agricultores, seguidores del adventismo del séptimo día, y su capital es la aldea de Liyanti, a unos 90 kilómetros de Bukalo.

Tanto Mamill como Moralisuani ocuparon sendos puesto en la Asamblea legislativa que los surafricanos implantaron en Namibia en el marco del Gobierno interno, que la SWAPO calificó de títeres de Pretoria. Sin embargo, sus puntos de vista en cuestiones políticas no coinciden.

Como resultado de ello, los subia son simpatizantes de la SWAPO. Los mafue, en cambio, siguiendo las directrices de su jefe, votaron en las primeras elecciones libres namibias, el pasado noviembre, a la DTA, el partido favorito de los surafricanos. Gracias a la mayoría numérica de los mafue, la DTA triunfó en Caprivi.

El enfrentamiento de los dos jefes provocó varios choques entre sus seguidores durante las elecciones. Sin embargo, no es un secreto que las diferencias políticas entre los jefes no son más que las secuelas de un litigio de tierras.

El conflicto se remonta a los años sesenta, y Mamili, que acusa a Moralisuani de usurpador está convencido de que no se le ha hecho Justicia por el favoritismo que los surafricanos brindaron a su rival.

Terreno neutral

Kem, Flairbourg, Jefe de la policía de la Untag en Katima Mulilo -un gigantesco jamaicano de color-, decidió actuar y organizar, como viene ocurriendo en toda Namibia, reuniones de confraternización a las que asistiesen los dos jefes.El primer paso fue ir a visitar hace dos semanas en su capital a cada uno de los jefes, que lo escucharon, en ambos casos, bajo la sombra del gran árbol que preside el recinto de justicia. Por fin, dieron su conformidad para sentarse juntos en la misma mesa en terreno neutral, en Katima Mulilo.

Todo parecía apuntar a que el conflicto iba camino de una solución, al igual que ha ocurrido co los jefes de la zona vecina del Kavango. Pero cuando, hace una semana, Moralisuani tuvo que ir a Linyanti a visitar a su rival, según el calendario acordado en Katima, falló a la cita.

Moralisuani se sintió insultado y como respuesta dio plantón a Mamili en la cita fijada para tres días después en Llyanti.

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