Dos patrulleras de la Armada, cercadas por pesqueros de Tarragona
Un total de 32 barcas de arrastre de pequeño cabotaje cercó ayer durante más de 10 horas a dos patrulleras de la Armada en el interior del puerto de Tarragona en protesta por la prohibición de la Comunidad Europea (CE) de pescar con mallas de menos de 36 milímetros y por la "opresión" a la que están sometidos por parte de la Comandancia de Marina, según los pescadores. Las 32 embarcaciones de la flota de arrastre menor de Vilanova la Geltrú y las 10 de Barcelona regresaron a sus respectivos puertos en señal de protesta por la presencia de las patrulleras en Tarragona.El conflicto se ha originado ante la imposibilidad de pescar pulpito, especie muy abundante durante esta época de¡ año en los caladeros tarraconenses, con redes no inferiores a los 36 milímetros, según estipula la normativa comunitaria. Los armadores de Tarragona utilizan mallas de 20 milímetros y de hasta 8 milímetros para capturar este molusco. El comandante de marina Manuel Poole impuso la pasada semana a 15 patrones de barcas de arrastre multas que superan las 750.000 pesetas por capturar pescado inmaduro.
El cerco a las patrulleras de la Armada comenzó a las seis de la mañana y se prolongó hasta las cinco de la tarde sin que se produjeran incidentes. Estas embarcaciones impidieron durante 10 horas el movimiento de las patrulleras, pero no el tráfico de entrada y salida en el puerto de Tarragona.
El presidente de la Cofradía de Pescadores de Tarragona, Joan Nolla, expresó en unas declaraciones efectuadas a la agencia Efe su apoyo a esta medida de protesta, "siempre que sea pacífica, porque los pescadores se sienten vigilados por las patrulleras y, además, la orden de la Administración perjudica enormemente a muchas familias". En la protesta no participaron las 70 barcas de arrastre.
El pasado 1 de marzo, una representación de la Cofradía de Pescadores de Tarragona se entrevistó en Madrid con el director general de Pesca de¡ Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Rafael Jaén, quien insistió en que la regulación de las artes de pesca es competencia comunitaria.
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