Tres adolescentes mueren al hacer explosión una furgoneta cargada con material pirotécnico

Tres adolescentes muertos y un cuarto con heridas de gravedad es el trágico resultado de la explosión de una furgoneta cargada con cerca de 10.000 petardos en la madrugada de ayer en Llíria, un pueblo de 15.000 habitantes próximo a Valencia. La Guardia Civil indicó ayer que el material pirotécnico había sido robado de un taller de Llíria y añadió que la furgoneta ardió por deflagración al manipular los jóvenes las tracas y petardos que transportaban. Otros dos adolescentes salieron ilesos del accidente y se dieron a la fuga, aunque uno de ellos, de 12 años, fue localizado por la Guardia Civil.

Los jóvenes fallecidos son Alberto M. R. y José Javier L. A. , ambos de 16 años de edad, y Benito G. F., de 14 años. Uno de ellos contaba con antecedentes policiales. El herido grave, Roberto R. D., de 14 años, se recuperaba ayer de las quemaduras sufridas en un 20% de su cuerpo en la unidad de quemados del hospital La Fe de Valencia. Todos ellos procedían, según las primeras versiones, de un barrio marginal de Paterna, un municipio industrial del área metropolitana de Valencia. José Javier L. A. apareció recientemente en un debate de la televisión valenciana sobre delincuencia juvenil.El dramático suceso ocurrió hacia la una de la madrugada de ayer tras robar los adolescentes 7.000 petardos y más de 2.000 pequeños troncos explosivos del taller de Juan Bautista Faubell, una empresa pirotécnica, autorizada de segunda categoría, y situada en las inmediaciones de Llíria. Según la versión de la Guardia Civil, el grupo de adolescentes comenzó a "jugar y hacer gamberradas" con los petardos con la furgoneta en marcha. "Cualquier chispa o cigarrillo pudo causar la deflagración y el posterior incendio de la furgoneta", comentó ayer a este diario un portavoz de la Guardia Civil de Llíria. El vehículo, un Ford Transit quedó completamente destrozado tras el accidente.La autopsia de los tres cadáveres, realizada en la mañana de ayer en el cementerio de Llíria, reveló que los cuerpos estaban calcinados y no habían sido víctimas de una explosión. Se entiende por deflagración cuando una sustancia arde súbitamente con llama y sin explosión.

Al parecer, el grupo de adolescentes que robó en el taller pirotécnico estaba compuesto por un total de seis personas. La Guardia Civil señaló ayer que un chico y una chica resultaron ilesos y, tras acompañar al herido a pedir auxilio a un chalé cercano, se dieron a la fuga en un coche robado. Uno de ellos fue localizado poco después por la Guardia Civil.

El accidente de Llíria conmocionó ayer de nuevo a los valencianos, que se preparan estos días para comenzar la semana de fiestas de Fallas, que concluye el próximo 19 de marzo. La polémica sobre la seguridad y el transporte de material pirotécnico, -aunque en el caso de Llíria se trata de un robo-, alcanzó su punto álgido el pasado mes de agosto cuando hizo explosión un automóvil cargado de material pirotécnico en el hipermercado Pryca de San Juan (Alicante). El siniestro de Pryca la noche del 19 de agosto causó nueve muertos.

Otra grave explosión, que ocasionó seis muertos, se registró el 12 de octubre de 1987 durante las fiestas de moros y cristianos de Campello (Alicante). El Ayuntamiento de Valencia ha extremado este año las medidas de seguridad para las Fallas.