Desembarco parlamentario y escaso poder
Las mujeres han desembarcado en el Parlamento en las últimas elecciones legislativas de octubre de 1989, merced, sobre todo, a las cuotas de participación de los partidos de izquierda. De entrada, uno de cada tres candidatos era una mujer, frente a los que se presentaron en 1986, fecha en la que un 21 % eran mujeres. Desde 1977, el número de señorías se ha duplicado. Su participación había permanecido estable en el Congreso y subió progresivamente, hasta doblarse, en el Senado (de cinco a 10 senadoras hasta 1986). Hoy hay 45 diputadas y 27 senadoras.Ahora bien, este hecho no se corresponde con los demás aparatos del poder. La participación femenina en los Parlamentos autonómicos tiene una media del 6%. En la Cámara europea, España incrementó su participación de un 10% a un 15% en los últimos comicios, aunque no llega al nivel europeo. Uno de cada tres funcionarios en activo (32,4%) es mujer, según el informe. Aunque al nivel máximo, el 30, sólo uno de cada 10 es mujer (11 %.).
Hay escalas en que la mitad de los funcionarios son mujeres (las escalas 14 y 16, donde se concentran las jefaturas de negociado, con un 52,7% y un 44,7%) mientras que al llegar al nivel 27 se da un marcado bajón.
La escasa plantilla de mujeres que forma parte de los altos cargos de la Administración -hasta director general- se ha doblado en cuatro años gracias al Ministerio de Asuntos Sociales (donde casi la mitad de los altos cargos, el 45,5%, son mujeres) y del Portavoz del Gobierno (donde uno de cada tres altos cargos son mujeres). Si en 1985 el 6% de los altos cargos eran mujeres, en 1989 era un 9,8% el porcentaje. España, con dos ministras, ocupa el 52 lugar de los países de la Comunidad Europea en cuanto a igualdad.
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