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CONFLICTO EN EL TRANSPORTE SUBTERRÁNEO

La huelga de los conductores dejó a Madrid cuatro horas sin 'metro'

"Un padre de familia no puede subsistir con 91.000 pesetas al mes. Si los viajeros estuvieran informados de nuestros problemas, en lugar de protestar nos apoyarían". El que así habla lleva 10 años trabajando en el metro, y es uno de los conductores que no ha secundado los servicios mínimos impuestos por la empresa, lo que ha provocado la paralización de las 10 líneas del metro. Según los planes de la compañía, truncados por los trabajadores, el Metro tenía que haber funcionado ayer prácticamente al 70% durante las cuatro horas de huelga -en las horas punta de mañana y tarde- convocada por el sindicato minoritario Confederación Nacional del Trabajo (CNT).Sin embargo, los trenes pararon y las cancelas de acceso se cerraron. Según cálculos de Metro, más de 500.000 personas resultaron afectadas por la huelga. Las mismas fuentes informaron que se van abrir expedientes a los conductores que durante la huelga no cumplieron los servicios mínimos fijados por el Consorcio Regional de Transportes. Ayer por la mañana, la compañía preguntó por carta a los trabajadores sus razones para no cumplir los servicios fijados.

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El tráfico rodado se colapsó, y cuando dos horas más tarde, a las 8.30, los viajeros accedieron de nuevo al subterráneo, la aglomeración de cuerpos permitía dormir de pie en los vagones sin temor ni posibilidad de desplazarse por un frenazo.

La línea VI, que va desde Universitaria a Laguna y que conecta con los trenes de cercanías, que procedentes del Sur desembocan en la estación de Atocha, fue la que más tiempo tardó en recuperar la normalidad y donde tuvieron lugar los únicos incidentes de la jornada. Algunos airados usuarios del subterráneo cortaron el tráfico de vehículos en la glorieta de Carlos V durante 20 minutos, lo que agravó la situación en el transporte de la superficie.

Los servicios instalados en los subterráneos del Metro -cafeterías, tiendas y quioscos- no tuvieron público. "Normalmente, a esta hora [las 8.30] ya he vendido la tercera parte de los periódicos. Hoy, ni uno", explicó un quiosquero.

Turnos 'absurdos'

"Estarnos hartos de tener unos turnos tan absurdos. Yo entraba a las 13.30 y me iba a las 17.30, volvía a las 21.00 y salía a las 0.30", explicó un conductor que vive en El Escorial y que ha tenido que matricularse en COU para que le permitan pasarse a otro turno por razón de estudios. "Cuando expliqué que soy de un pueblo que está a 50 kilómetros de Madrid y pedí el cambio de turno, la empresa me contestó que me comprara un piso en Madrid o que me fuera a trabajar a otro sitio. Con los sueldos que pagan, debían estar de cachondeo si creen que puedo comprar o alquilar algo".

La huelga se ha originado porque los trabajadores piden un aumento de 200.000 pesetas anuales. En la actualidad, un conductor de Metro cobra 1.650.000 pesetas brutas en 15 pagas. Los conductores quieren que se igualen las, jornadas y se establezcan turnos diarios de siete horas y media. Los maquinistas de dos de las 10 líneas van en parejas y trabajan ocho horas. El resto, trabaja sin compañero durante siete horas y media.

Un conductor explicó, a bordo de su máquina de 80 años de antigüedad, que trabajan en unas condiciones poco recomendables. "Aquí abajo, ya ve qué panorama, con todo este aire caliente entrando por todas partes, el polvo y la falta de luz".

Los trabajadores se han rebelado contra el comité de empresa, y aunque en su mayoría pertenecen a UGT y Comisiones Obreras, la postura adoptada por estos sindicatos les ha llevado a crear una comisión de conductores y a pedir el amparo del único sindicato que se lo ha ofrecido, la CNT, para tener cobertura legal. Un portavoz de USO manifestó ayer que este sindicato también apoya la huelga.

El pasado lunes por la noche, 600 conductores del total de 1.100 que tiene la compañía se reunieron y acordaron -por 387 votos contra 193- no cumplir los servicios mínimos. En caso de que la dirección abra algún expediente o sanción, tienen previsto encerrarse en un recinto de la plaza de Castilla y no dar servicio hasta que se solucione el conflicto.

La relación de los que iban a formar parte del servicio mínimo tuvo que ser enviada mediante telegrama ya que los inspectores de estación se negaron a entregar la carta de la compañía, en solidaridad con sus compañeros.

La comisión de conductores, que piensa constituirse en sindicato, adopta posturas al margen del comité de empresa en el que están representados sus sindicatos. La razón que alegan es que el comité les ha pedido que negocien sus aumentos tras la firma del convenio. Ellos se niegan a acceder a la petición de este comité de empresa, cuya dimisión pidieron 3.000 firmas de trabajadores el pasado año.

"El resto de los trabajadores, con otras categorías, ha logrado sus revisiones antes del convenio y nosotros no vamos a esperar a que lo cierren para empezar a ladrar", explicó uno de los representantes de los conductores, que añadió que no había derecho a que la empresa no hubiera informado a los viajeros de las "medidas de presión" adoptadas.

Los huelgistas habían acordado lanzar este mensaje por megafonía: "Rogamos perdonen las molestias que estos paros puedan causarles, quedando claro que la responsabilidad exclusiva es de la dirección, al igual que es responsable de la desinformación que existe sobre los mismos entre los usuarios".

Y una vez dicho, los trenes se dirigieron a las cabeceras de línea, las puertas se cerraron y los trabajadores se reunieron para esperar que transcurrieran las horas de protesta.

Fuentes de CNT explicaron que, si no se llega a un acuerdo, los paros se volverán a repetir los días 8, 12, 13, 14, 15 y 16 de este mes. Por su parte, el comité de empresa ha convocado un paro general para los días 13 y 15 de este mismo mes.

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