La cúpula del PSOE presiona a Felipe González para que introduzca cambios en el Gobierno
Los dirigentes regionales del PSOE pidieron ayer a Felipe González que cambie a los ministros como colofón del período de provisionalidad y dentro de la ofensiva de los socialistas para recuperar imagen y normalizar la situación para toda la legislatura. La respuesta de González fue que una decisión en este sentido "dependía de muchos factores". Asimismo, estos dirigentes, reunidos ayer en la Moncloa con el secretario general y el vicesecretario, Alfonso Guerra, instaron al presidente a que continuara al frente del partido después del congreso, que puede adelantarse de enero a septiembre.
Felipe González dio a entender que posiblemente continuará en la secretaría general pero hizo la reflexión de que el partido no puede depender sólo de una persona. Los secretarios regionales del PSOE y los presidentes socialistas de comunidades autónomas se reunieron ayer en un almuerzo con Felipe González tras haber mantenido una reunión durante toda la mañana con el secretario de organización, Txiki Benegas, y otros miembros de la ejecutiva.El almuerzo con el presidente, que se prolongó hasta casi las seis de la tarde, tuvo un clima muy cordial y, según los asistentes, hubo casi unanimidad en pedir a González que cambie a los ministros para que se deje patente en la opinión pública que tras el periodo de provisionalidad empieza una etapa de estabilidad con un equipo nuevo dispuesto a afrontar los próximos cuatro años de gobierno.
Según estas versiones González no dejó claro si iba o no a cambiar a su Gabinete y tan sólo señaló que dependía de "muchos factores". A esto hay que añadir que contrariamente distintos ministros consultados ayer coincidieron en señalar que no encontraban en el presidente "indicios" de estar pensando en un nuevo Gobierno, aunque a esta afirmación hay que añadir bastantes reservas toda vez que los consultados son parte interesada.
En la reunión del secretario general con los dirigentes de su partido también se trató sobre la sucesión de Felipe González al frente de la secretaría general pero para instarle a que continuara. La impresión que obtuvieron los asistentes al almuerzo es que González continuará tras el próximo congreso. Éste puede adelantarse de enero a septiembre toda vez que el proceso poscongresual de los socialistas dura varios meses, ya que tras el federal se suceden los 17 de federación, de provincia y de otras instancias menores, lo que se cruzaría con las elecciones autonómicas y municipales.
Ambos procesos se quieren alejar ya que el partido necesita movilizar a toda su militancia para los comicios y tener resueltos todos los problemas internos que surgen en los procesos congresuales. El secretario general del PSOE, tras escuchar a los dirigentes de su partido la petición de que continuara, hizo una reflexión en el sentido de que el partido "no puede depender de una sola persona".
La palabra "unidad" fue la más repetida entre todos los dirigentes y sólo hubo un pequeño sobresalto por unas manifestaciones del presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, en relación el hermano del vicepresidente.
Culpabilidad de Juan Guerra
José Bono dijo en su nombre, y creyendo interpretar el sentir del partido, lo siguiente: "No nos sentimos obligados, ni deseosos, ni con ganas, de defender al ciudadano Juan Guerra; que se defienda él, si quiere, de las imputaciones que fundadas en derecho se le puedan hacer, como ha hecho entre otros el fiscal general del Estado". "No tenemos -insistió- vocación ni voluntad de defender la conducta de ese ciudadano, que si resultara culpable nos alegraríamos de la sentencia de culpabilidad en aras de la limpieza del partido, de la que siempre ha sido paladín y que quiere y seguirá siendo paladín de la honradez de la vida política".
La puesta en escena que ayer hicieron los socialistas recordaba a otros momentos de crisis en el partido y en el Gobierno cuando se ha llamado a rebato y se ha producido el famoso cierre de filas. La última vez fue con ocasión de la huelga general del 14 de diciembre y la anterior en 1986 en los prolegómenos del referéndum sobre la OTAN.
Críticos y aparatistas se reunieron ayer confraternalmente para destacar la unidad del partido "dada la identidad de criterios ideológicos y del proyecto político", e incluso lanzaron reproches a los que se salen del marco estatutario, en referencia a Ricardo García Damborenea.
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