El Cabrero sigue cabalgando

Lo dijo en una de las letras de sus fandangos: "... Si nos ladran/ es porque seguimos cabalgando...".El Cabrero sigue ahí, donde estaba, cabalgando en este singular espacio del cante flamenco que parece exclusivamente reservado para él. Y ahí se mantiene con dignidad, en base fundamentalmente a esos fandangos suyos, de coplas rebeldes y agresivas, que él canta con garra y con rabia.

Probablemente si el contenido de las coplas fuera menos subversivo perderían en gran parte esa fuerza elemental, pero efectiva, que a veces los convierten en restallantes latigazos. Esta es, sin duda, una de las claves de la gran capacidad de este hombre para convencer con su cante directo y valiente.

Pero evidentemente es un cantaor que aspira a más que a quedar en la historia como un buen fandanguero y en sus recitales incursiona siempre por otros géneros de más responsabilidad. Ahí su fortuna suele ser variable. En el San Juan Evangelista logró buenos resultados en estilos como la malagueña, la rondefia, las tonás. Fue más irregular, en cambio, por soleares y por siguíriyas. En las bulerías lo suyo, en realidad, es la canción a ese compás, y terminó su recital con una canción en verdad interesante. Oyéndole pensaba yo que El Cabrero tiene en la canción un campo abonado para sus específicas cualidades cantaoras.

El público del San Juan Evangelista se le rindió desde el primer momento, y él, que es un gran comunicador, conectó de inmediato con la audiencia. Factor importante de este éxito fue la guitarra de Paco del Gastor, realmente notable, con un sonido rico, de enorme brillantez y puntual en todo momento a las exigencias del acompañamiento al cante de El Cabrero.