Escobar expone en Bruselas figuras de mujer y paisajes

El pintor español Antonio Escobar cumple, en la capital de Europa, Bruselas, su duodécima exposición individual. En la galería Racines, marchantes y aficionados se dejaron sorprender por el personaje aislado, casi siempre una mujer, dentro del paisaje. En la muestra no falta algún homenaje a la ciudad, sin gente, sola con sus edificios. La exposición, inaugurada el pasado viernes, permanecerá abierta hasta el día 21 de este mes.Antonio Escobar es un neorromántico de la pintura que se resiste a enmarcarse. "Mi preocupación ante el lienzo es buscar soluciones técnicas y creativas", dice. Con una maestría que le ha llevado a convertirse en "virtuoso de las manchas, la lección académica más difícil de aprender" en opinión del crítico Calvo Serraller, Escobar, con 20 años de trayectoria artística, ha asomado la mujer y el paisaje de Sepúlveda (Segovia) al cielo gris y la nevisca de la capital belga.

Ésta es su segunda presencia en Bruselas, después de su primer encuentro profesional, en 1985. "Tenía un compromiso moral con la galería, pero sigo siendo fiel a Alfama, de Madrid", explica. Desde 1971, en que se estrenó, el pintor no ha parado.

Entre las primeras inquietudes de los asistentes a la exposición el pasado viernes, destacaba la fascinación por Interior, el encanto por el Pasaje del norte de Bruselas o la atracción irresistible del campo arisco de Sepúlveda. De los óleos de esta muestra -dos han desaparecido durante el traslado de los cuadros desde España-, la mitad, según Escobar, "son obras necesarias con las cuales me identifico". El resto es un complemento no menos apreciado.

Impresiones y colores

Para el público, no es pintor caro. A sus 38 años, Antonio Es-, cobar se cotiza desde las 70.000 u 80.000 pesetas por un lienzo de 16x21 centímetros, a casi medio millón por uno de los grandes. El primer día, las compras, media docena, las protagonizaron los marchantes. Confiesa que pinta 40 o 50 cuadros al año y necesita venderlos para vivir de ello.

A pesar de su búsqueda constante de impresiones y colores, Escobar no renuncia a su gran asignatura, la del realismo social, estudiada en Nueva York gracias a una beca con la que realizó una investigación sobre el realismo social americano y un curso de grabado e impresión. "Sigo siendo un gran enamorado del realismo social, entre otras cosas porque no se le ha hecho justicia", afirma.