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Rosa Montero iguala el mal con el olvido en su novela 'Temblor'

En el enfrentamiento entre el Bien y el Mal característico de la literatura fantástica, Rosa Montero sustituye el Mal por el Olvido, y eso la emparenta con Michael Ende, para quien el Mal es la Nada, según dijo el escritor José María Guelbenzu en la presentación, anoche, de la última novela de Rosa Montero, Temblor (Seix Barral). "En el ensayo escribes lo que sabes y en la novela, lo que no sabes que sabes", comentó Montero a este periódico para explicar por qué ha escrito literatura fantástica.Temblor cuenta la historia de Agua Fría y su iniciación como mujer en su mundo, fantástico pero Heno de referencias contemporáneas. "Creo que Rosa Montero crea un mundo fantástico que incluye una moral, pero sus personajes no sólo no son fantásticos sino estrictamente contemporáneos, y eso le permite exponer su concepción de la mujer", dice Guelbenzu, para quien la heroína "no cumple el papel clásico del héroe, pues no es ejemplar sino testimonial".

Rosa Montero pasaba un día en coche por la calle donde creció en Madrid, al igual que otras veces se preguntó cómo estaría aquella casa, que ya entonces era vieja, y al recordar borrosas las baldosas del piso donde había jugado muchas veces, tuvo la nítida intuición de que las cosas no existen si se olvidan. "Me pregunté qué pasaría si hubiera un mundo que sólo existiera en tanto en cuanto se le pensase".

Entonces comenzó un periodo febril en el que la novela y el complejo mundo de Agua Fría le llegó entera, lista para ser escrita. "Hay cantidad de cosas que sólo están ya en mi memoria, y que desaparecerán para siempre cuando yo desaparezca", dice Montero, de 39 años, para quien esto del olvido es ya obsesivo pues aparecía ya, siempre con las baldosas, en su novela Te trataré como una reina.

"El menor problema de la fantasía es el de bautizar nuevas realidades", comentó la escritora. "El mayor problema es crear una realidad que tenga una lógica interna implacable distinta de la que conocemos. Bautizar cosas nuevas no es más que una parte del juego. Me fastidian las novelas fantásticas en las que se inventa por inventar, como elepanter para un bicho inútil que sea mezcla de elefante y pantera. Creo que yo he sido exquisitamente cuidadosa en no caer en lo fantasioso".

Aunque es la primera vez que se ha atrevido a decir "esta es mi idea del mundo", Rosa Montero, a quien sigue entusiasmando la belleza de la historia, siente la frecuente frustración de los artistas de comprobar que la obra terminada no es exactamente como la imaginó. "A mayor visión de éxtasis, luego el desencanto es inayor", dice. "Al tiempo soy consciente de que he conseguido cosas. La obra es armónica y sólida, tiene una fuerza emblemática y estoy convencida de que es la mejor novela que he hecho hasta ahora. Por primera vez comienzo a sentirme literariamente poderosa".

El descubrimiento de una profundidad insospechada en la imaginación y la fantasía no supondrá para Rosa Montero Poner en cuestión su trabajo de periodista, que se apoya en la descripción realista de la realidad. "Son registros distintos", dice. "Lo que sí lo pone en crisis es la progresiva dificultad para unir las dos dedicaciones. Necesito encontrar un nuevo equilibrio".

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