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Desaparecen 150 kilos de cocaína aprehendidos por la policía en Irún y nadie lo investiga

Unos 150 kilogramos de cocaína de gran pureza, que formaban parte de un alijo de cerca de 1.000 kilos aprehendido el 7 de mayo de 1988 por la policía en Irún, desaparecieron entre esa fecha y el 10 de mayo del mismo año, según resulta de documentos con valor de prueba judicial a los que ha tenido acceso este diario. Pese a que existe constancia de dicha desaparición, ninguna autoridad judicial ni gubernamental ha actuado para que se investigue la presunta sustracción de esa importante partida de droga, que, a precios de consumo, puede ser valorada razonablemente en más de 3.000 millones de pesetas.

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Un proceso

El 7 de mayo de 1988, a las 17.30, dos inspectores del Grupo de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial de San Sebastián comparecieron en la comisaría de la citada ciudad para depositar "cuatro cajas de cartón con teniendo, al parecer, sustancia estupefaciente cocaína con un peso bruto aproximado de 47 kilogramos". Las cuatro cajas habían sido halladas en el interior de una furgoneta blanca, marca Peugeot, aparcada en una vía perpendicular a la calle Pelo Vishente de Irún. Dicha furgoneta fue intervenida tras la detención, el mismo día, de dos españoles y un colombiano sospechosos de estar implicados en una operación de tráfico de drogas. Horas más tarde, a las 20.30, agentes del grupo citado procedieron al pesado de otras 55 cajas de cartón que contenían un número no determinado de paquetes "envueltos todos ellos con cinta adhesiva". Estas cajas habían sido halladas en un altillo de un almacén de la misma calle de Pelo Vishente.

El pesado de las 5.5 cajas encontradas en el almacén dio un resultado de "943 kilos en bruto", según consta en la corres pondiente "Acta de Inspección Ocular", que tiene valor de prue ba judicial, ya que fue levantada en presencia del entonces juez instructor Juan Piqueras Valls, asistido por la secretaria del juz gado. La presencia del juez Piqueras en esta diligencia fue requerida por la propia policía.

"Cerca de 1.000 kilos"

La suma de las 59 cajas daba, pues, un peso total bruto aproxi mado de 990 kilogramos de cocaína, "cerca de 1.000 kilos", según anunció oficialmente el entonces gobernador civil de Guipuzcoa, José Ramón Goffl Tirapu, el día 8 en conferencia de prensa, y siguen representando la mayor aprehen sión de esta droga realizada en España y en Europa.

Pero 48 horas después, la ci fra había variado. El 10 de mayo, por la mañana, el pesaje oficial de la droga incautada dio como resultado un total de 830,991 kilogramos de cocaína, es decir, 159,009 kilos menos de los registrados el primer día. Esta medición fue realizada, en el cremato rio de la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Aránzazu de San Sebastián, por la Delegación del Ministerio de Sanidad y Consumo en Guipúzcoa, y a ella asistió personalmente el juez instructor Piqueras.

Ignacio Pedrosa, secretario general de la Delegación de Sanidad en Guipuzcoa, ha explicado a este diario que la pesada oficial, previa a la cremación, se hizo con los 771 paquetes de plástico sellados con cinta aislante que contenían la droga, una vez extraídos de las 59 cajas de cartón requisadas. La misma fuente indicó que, de cada paquete, se tomó una muestra para análisi.s y otra para un eventual juicio contradictorio, de manera que sólo se quemaron 827,848 kilogramos de cocaína. Los análisis dieron como resultado que la cocaína aprehendida tenía un 88,05% de pureza.Carlos Lizarraga, jefe de la Brigada de Policía Judicial de San Sebastián, descarta por completo la posibilidad de que haya existido una sustracción de la droga incautada, y explica la diferencia de pesos por "la retirada del cartonaje y los papeles de periódico que envolvían algunos paquetes", pero, sobre todo, por las deficientes condiciones materiales y el apresuramiento con que se hizo la primera pesada. "El pesaje que hacemos nosotros carece Ue valor probatorio", afirma Lizarraga.

La primera pesada de las 55 cajas halladas en el almacén de la calle Pelo Vishente se hizo en el propio almacén, sobre una báscula de baño sin numeración comercial ni marca, forrada de peluche rosa, que fue aportada por un vecino de la zona. Este diario pudo comprobar, el pasado 9 de febrero, que la báscula en cuestión pesa aproximadamente un kilo de menos, tanto en una pesada de 15 kilos como en otra de 90. Su propietario asegura que la báscula no ha sido manipulada desde que fue utilizada para pesar la droga.

Diferencia importante

Juan Piqueras Valls, que fue juez instructor del caso, reconoce que la diferencia entre la primera pesada del_alijo y la oficial es muy importante, pero añade que resulta dificil formular una hipótesis verosímil sobre quién hubiera podido sustraer tan importante cantidad de droga. Luis Navajas, fiscal jefe de la Audiencia Provincial de San Sebastián, se remite a los mismos comentarios de Piqueras y a la variación de peso derivada de la retirada del cartonaje. Pablo Pérez Ruiz, redactor de la sentencia pronunciada por la Audiencia Provincial el 15 de noviembre de 1989, no recuerda grandes variaciones y afirma que las partes no han protestado sobre el peso del alijo.

Los resposables de las diversas diligencias que condujeron a la sentencia del pasado mes de noviembre pusieron especial cuidado a la hora de evaluar el alijo, lo que dio como resultado la utilización de hasta cinco pesos distintos durante el proceso. Así, en el auto de prisión, dictado el 10 de mayo de 1988, el juez instructor se refiere a un alijo "de alrededor de unos 1.000 kilos". En el auto de secreto sumarial, dictado el 13 de mayo del año citado, el mismo juez se refiere ya a "la incautación de 830,911 kilogramos de cocaína", reflejando la pesada de Sanidad. En el auto de procesamiento, del 1 de septiembre de 1988, un nuevo juez instructor vuelve a la evaluación primera de 990 kilos. La primera calificación fiscal, que data del 4 de abril de 1989, constata la aprehensión de 877,991 kilogramos de cocaína. Una segunda calificación, hecha durante la vista del caso, se refiere a "un peso final de 830,991 kilogramos". Por último, la sentencia de la Audiencia Provincial se refiere a "un peso total sin embalajes de 833 kilogramos".

De acuerdo con la información de la policía, la cocaína aprehendida en Irún el 7 de mayo de 1988 fue introducida en un eamión que fue cerrado con un candado y conducido a la comisaría de San Sebastián, ante cuya puerta quedó aparcado y sometido a vigilancia. El día 8, se extrajo el alijo para exhibirlo en las dependencias del Gobierno Civil. Concluída la rueda de prensa del gobernador, la droga fue devuelta al camión, donde permaneció hasta su traslado al crematorio, el día 10 por la mañana.

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