Numeritos del patrón
Me parece mentira, pero empiezo a creerme que bajan los índices de paro, y afirmo lo anterior porque en propia carne he podido comprobarlo: ¡he encontrado trabajo! Y he encontrado trabajo a pesar de mis adversas condiciones personales: mujer, casada, con dos hijos y 40 años.Concierto con la empresa mi horario laboral, mis funciones y, por supuesto, mi salario. Todo de acuerdo, hasta que el patrón empieza a hacer numeritos. Hay que darme de alta en la Seguridad Social, a pesar de estar incluida en la cartilla de mi marido y, por tanto, tener cubiertos los riesgos de enfermedad; pero ahora tenemos que pagar el doble, es decir, mi marido paga por su parte, y yo, por la mía. Yo me pregunto: ¿es que ahora voy a tener una atención sanitaria mucho mejor que la que he disfrutado hasta ahora? No, me explican que no, que todo seguirá igual de caótico en las urgencias de los hospitales y que seguiré engrosando las listas de espera si, Dios no lo quiera, tengo que acudir a que me hagan cualquier operación quirúrgica; pero, eso sí, ahora pagamos doble. Luego se me ocurre preguntar si por el hecho de empezar a cotizar a la Seguridad Social, en caso de mi fallecimiento, mi marido tendría derecho a algún tipo de pensión en función de lo que yo hubiese cotizado hasta ese momento. Tampoco. Mi marido de pensión de viudedad, nada.
Por supuesto, mis jefes siguen haciendo números y, en vista de las desorbitadas cifras de coste que producirá mi contratación, todavía está por ver que me contraten. Quizá me digan que espere tener 45 años, en cuyo caso sí Pasa a la página siguiente Viene de la página anterior pueden acogerse a una cierta subvención en los pagos a la Seguridad Social.-
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