Michelle Pfeiffer: "Me resulta muy duro aprender a ser rica y famosa"

A sus 30 años cumplidos, tras las interpretaciones en Lady Halcón, Las brujas de Eastwick y Las amistades peligrosas, Michelle Pfeiffer está teniendo que aprender a ser rica y famosa, y afirma que le cuesta, que le resulta francamente muy duro. "Cuando a tu alrededor", dice, "tienes los focos permanentemente encendidos, y no sólo en el trabajo, sino en las calles, los restaurantes y las playas; cuando todo el tiempo te rodea un ruido espantoso; entonces no puedes hablar contigo mismo, y ésa es una sensación que no me gusta, que odio".

Pero Michelle Pfeiffer está decidida a ser una profesional y a soportar algunos de los inconvenientes que ello implica. Por ejemplo, comparecer ante un grupo de periodistas europeos en un hotel de Paris, para presentar su última película, Los fabulosos Baker Boys.Sentada en un holgado sofá, con una taza de té en la mano, vestida con pantalones vaqueros agujereados en una rodilla, camiseta negra y chaquetilla color mostaza, Michelle Pfeiffer conserva intactas la belleza y el magnetismo que han llevado a un director de cine a afirmar que esta actriz no necesita interpretar, que la mirada se enamora de inmediato de su rostro y ya no puede abandonarlo. La actriz apenas ha pasado el peine por sus cabellos trigueños, su único maquillaje son unas leves ojeras y, sin embargo, es resplandeciente. Son los ojos azules y almendrados, la palidez de la piel, la firmeza de los pómulos y, por encima de todo, ese aire de desamparo que subrayan unas uñas mordidas de colegiala.

Músicos

Va a ser inevitable que el último trabajo cinematográfico de Michelle Pfeiffer provoque ciertas comparaciones con el de Marilyn Monroe en Con faldas y a lo loco. Para empezar, Los fabulosos Baker Boys es también una historia de dos músicos y una chica, aunque sin travestismo y es más agridulce que hilarante. Los fabulosos Baker Boys son una pareja de hermanos que se ganan la vida tocando el piano en los bares de los hoteles, y cuya vida se transforma radicalmente cuando una joven y atractiva cantante se une a su equipo. Los hermanos Jack y Frank Baker son interpretados por Jeff y Beau Bridges, y la cantante Susie Diamond por Michelle Pfeiffer.La película, dirigida por un principiante, Steve Kloves, se estrena en España y la mayoría de los países europeos el próximo mes de marzo, más o menos en el momento de la concesión de los premios Oscar. Precisamente, su interpretación de la curtida, entrañable y un tanto cínica Susie Diamond ha situado a Michelle Pfeiffer en muy buen lugar para aspirar al Oscar a la mejor actriz de este año.

Susie Diamond, cuenta Michel Pfeiffer de su personaje, "es una criatura pura y emocional, una fuerza de la naturaleza con algo de gitano. No quiere mentirse a si misma y si comete un error no responsabiliza a nadie. Pero tampoco se arrepiente de lo que hace ni pide perdón. Es una superviviente en un mundo difícil. Susie Diamond me gusta". La comparación entre Michelle Pfeiffer y Marilyn Monroe viene también del hecho de que en Los fabulosos Baker Boys la actriz californiana canta. Y si Marilyn no lo hizo nada mal en Con faldas y a lo loco, Michelle Pfeiffer se defiende muy bien en su película. "En mis primeros tiempos", explica, "canté alguna que otra vez, pero nunca llegué a ser una profesional. De hecho, lo había dejado por completo desde hacía siete años, así que dos meses antes de que empezaramos a rodar tuve que tomar lecciones. Estaba aterrada y lo primero que hice fue entrenar el oido escuchando con mucha atención a intérpretes de baladas".

Michelle Pfeiffer afirma que le gustaría rodar con Brian de Palma, y que para ella el director es tan importante como el guión a la hora de aceptar un papel en una película. "Prefiero encontrar mi propio camino para interpretar un personaje o una escena. Soy una autodidacta y me gustan los directores que me dejan aprender sola. Pero también necesito saber que el director está ahí al lado, para decirme si acierto o me equivoco. A veces me siento tan insegura..."

Dice Michelle Pfeiffer proceder de una familia conservadora y haber sido educada en valores rancios. Pero no tiene por ello una oposición moral a las escenas de desnudo. "Si se me hacen cuesta arriba es porque nunca he estado satisfecha de mi cuerpo, nunca me ha gustado. Francamente, admiro a la gente que es capaz de mostrar su cuerpo sin complejos". La actriz abre los brazos en un gesto de relajación muscular y da a entender que por hoy ya ha satisfecho el precio que ha de pagar por la celebridad.