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El juez del 'Irangate' ordena que Reagan declare en vídeo en el proceso contra Poindexter

El escándalo del Irangate, prácticamente olvidado desde el fin del juicio del teniente coronel Oliver North el pasado año, ha vuelto a saltar al primer plano al ordenar un juez federal que el ex presidente Ronald Reagan testifique en la causa que se sigue contra su ex asesor de seguridad nacional, almirante John Poindexter.

El juez Harold Greene, encargado del caso Poindexter, anunció el lunes que, para evitar el insólito espectáculo de una comparecencia pública por parte de un ex-presidente en un juicio, está dispuesto a permitir que Reagan testifique en privado y que su testimonio sea filmado en video.Los abogados de Reagan tienen hasta el próximo viernes para contestar al juez Greene, aunque todo parece indicar que invocarán la figura legal de "privilegio ejecutivo" que ampara las acciones de los presidentes en ejercicio y ex-presidentes. Los asesores legales de Reagan ya han invocado este privilegio para oponerse a la cesión de los diarios personales del ex-presidente, cuya entrega a la defensa de Poindexter también había sido ordenada por el juez.

Aunque la figura del "privilegio ejecutivo" no se contempla en la Constitución norteamericana, su existencia ha sido confirmada en varias sentencias firmes, que establecen que este privilegio emana de la doctrina de separación de poderes. El privilegio protege específicamente la confidencialidad de las comunicaciones presidenciales. Sin embargo, este privilegio tiene sus límites y no es absoluto como estableció el Tribunal Supremo de Estados Unidos al ordenar en 1974 al entonces presidente Richard Nixon que entregara a la justicia las cintas del Watergate, que Nixon pretendía ocultar invocando el privilegio ejecutivo.

El pasado viernes, Greene decidió acceder a la petición formulada por la defensa de Poindexter y ordenó a Reagan la entrega de los extractos de sus diarios correspondientes a las fechas en las que el almirante era su asesor de seguridad nacional. El lunes, los abogados de Reagan invocaron el privilegio ejecutivo para negarse a acatar la orden del juez.

Casi simultáneamente a la negativa de Reagan, el juez Greene decidió el lunes que el ex-presidente, que según los abogados de Poindexter constituye una figura clave en todo el proceso, debe testificar en el sumario y dio de plazo a los abogados de Reagan hasta el viernes 9 para aceptar o rechazar su decisión. Reagan testimoniaría en privado ante el juez, y sus declaraciones, filmadas en video, serían presentadas como prueba por la defensa.

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