El Gobierno de Colombia decidirá el futuro de la selección de fútbol
El futuro de la selección colombiana de fútbol está en manos del Gobierno, y de la decisión que tomen las autoridades del país depende su participación en el Mundial de fútbol Italia 90. En los próximos días se realizará una reunión cumbre entre Gobierno, directivos del fútbol y el entrenador de la selección, Francisco Maturana, para decidir qué medidas tomarán frente a las graves amenazas formuladas contra Maturana, varios miembros de la selección, directivos y periodistas deportivos.
Aunque para los aficionados colombianos lo importante es que el equipo vaya a Italia 90, con amenazas o sin ellas, con la selección actual o con nuevos jugadores, ni Maturatia ni los dirigentes del fútbol ven las cosas así. El director técnico ya lo dijo: "No acepto presiones para cambiar a ninguno de los jugadores seleccionados". Dirigentes y periodistas deportivos lo apoyan. "Maturana", dicen ellos, "ha hecho mucho por el fútbol colombiano y en la selección elegida están los que deben estar".
Las amenazas vienen del grupo terrorista que se hace llamar Limfucol (Limpleza al Fútbol Colombiano), que apareció de forma siniestra el pasado mes de noviembre para reivindicar el asesinato de un árbitro cometido en la ciudad de Medellín. Los terroristas aseguran que no permitirán que funcione una selección con jugadores que pertenecen a clubes de fútbol señalados por tener vínculos con el narcotráfico.
Renuncia
La situación es grave. Maturana anunció que su renuncia será inminente si el Gobierno no le ofrece garantías para él, su familia y sus jugadores. Las autoridades han repetido, desde la aparición de Limfucol, que no saben quiénes, ni qué intereses están detrás de este siniestro grupo, pero que seguirán las investigaciones. "Es posible que alguno de los dirigentes del fútbol sepa algo y nos oriente sobre la mejor manera de iniciar las averiguaciones, porque hasta ahora no se sabe de dónde pueden provenir las amenazas", dijo al diario El Tiempo un portavoz de la policía hace dos días. En resumen, según las autoridades, es un enemigo invisible el que tiene en jaque a la selección colombiana de fútbol.En estas condiciones, muchos se preguntan cómo el Gobierno puede garantizar la vida de 22 jugadores, el técnico y sus familias. Todos esperan una solución que no sea la de rodear a los futbolistas de fusiles y guardaespaldas. "Prefiero no ir al Mundial en esas condiciones", dijo el técnico Maturana.
Según las personas que han tenido acceso a los mensajes grabados y escritos de Limfucol, detrás de ellos puede haber un grupo de corredores de apuestas que se han visto afectados por los conflictos del fútbol colombiano. Lo único claro para todos es que las amenazas son una señal más de la profunda crisis del balompié colombiano, que empezó a comienzos de la década de los ochenta, cuando llegó al campo de fútbol el dinero de la droaga.
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