Costa Rica celebra hoy elecciones sin un claro favorito
Hoy se celebran elecciones generales en Costa Rica sin un claro favorito y en medio de una gran pasión política, pero sin violencia ni temores de fraude. De ellas saldrá el sucesor de Óscar Arias en la presidencia. Un socialdemócrata y un socialcristiano, candidatos de los dos partidos tradicionales, concurren a las elecciones con idénticas opciones de victoria y mínimas diferencias en sus programas políticos.
Los otros cinco candidatos presidenciales son meros comparsas. Sólo cuentan dos: Manuel Castillo, del gobernante Partido de Liberación Nacional (PLN) y Rafael Calderón, del Partido de la Unidad Socialcristiana (PUSC). El segundo se presenta a la elección por tercera vez consecutiva, en la última de las cuales fue derrotado hace cuatro años por Arias, quien cederá el próximo 8 de mayo la banda presidencial después de haberse convertido en el jefe de Estado costarricense con más prestigio.La polémica en la larga -dos años- y costosa campaña electoral no es fundamentalmente política. Cada uno de los 2.800.000 habitantes del país se siente orgulloso de su sistema democrático y lo defiende y exhibe con la misma comprensible arrogancia que lo puede hacer un romano con el Coliseo. El debate electoral es esencialmente económico: la mejora del nivel de la población, la crisis economica -que obligó a una moratoria del pago de la deuda externa (4.500 millones de dólares)- y la corrupción.
En este aspecto, la Administración del premio Nobel de la Paz no concluye con un balance positivo de cara a la opinión pública interna. Muchos costarricenses reprochan a Óscar Arias el haber agotado sus esfuerzos y sus recursos en sus gestiones negociadoras en Centroamérica, en detrimento del manejo de la ordenación de la economía nacional.