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El paseo de Chillida

El escultor vasco hace un recorrido por las galerías del Museo

"Pasaron 40 años hasta que descubrí el retrato ecuestre de Palafox, de Goya. Lo había visto numerosas veces, pero se ve que no lo había mirado". Así decía el escultor Eduardo Chillida en la conferencia que dictó el pasado martes en el Museo del Prado. Ver..., mirar.... Aquello que todos ven es obvio que cada individuo lo mira a su manera y Chillida explicó cómo ha mirado la obra del Museo del Prado. Una de sus observaciones es que la mitad de la Historia del Arte está determinada por los pliegues de los tejidos.Francisco Calvo Serraller, director del ciclo El Museo del Prado visto por los artistas contemporáneos, que organiza la fundación Amigos del Museo del Prado, hizo la presentación: el escultor que poetiza y cultiva el espacio, hablará sobre la creación plana que es la obra pictórica. Una propuesta muy sugestiva, a la que respondió el conferenciante con una manifestación de modestia: "Yo pintaba mucho en mi juventud, pero no vendía nada. Mi padre decía que, a mi edad, ya debería trabajar y ganarme la vida. Le contestaba que, en efecto, trabajaba, sólo que no me pagaban. Sería el año 1952... En una de mis visitas al Museo del Prado, contemplaba el cuadro de Tiziano La religión socorrida por España, y observé que los azules maravillosos de aquel lienzo no los percibía la gente. Y entonces recorrido por las galenías del Prado me dije: si no aprecian la obra de Tiziano ¿cómo van a apreciar mi obra?.

Del Descendimiento, de Van der Weyden, le llamaron la atención los pliegues de los ropajes: "Observé que el 75% del cuadro son pliegues y luego me di cuenta de que ocurre lo mismo en gran parte de las pinturas, de tal manera que la mitad de la Historia del Arte está determinada por los pliegues de los tejidos. Bien, los pliegues se corresponden con la estructura y la función del tejido que, además, posee valores espaciales y lumínicos, pero todo eso me parecía insuficiente razón para ocupar la mitad de la Historia del Arte. Hasta que reparé en la mutabilidad de los pliegues. Por ejemplo, mi chaqueta tiene pliegues, pero un segundo antes eran distiIntos y distintos serán un segundo después..."

Del San Lucas y Cristo en la Cruz, de Zurbarán, dijo que el lienzo con que cubre Cristo la cintura se rebela contra las leyes de la gravedad. También dijo que San Lucas se parece a Adolfo Marsillach, y este fue un inciso que agradeció el público, pues le permitió reírse un rato. Luego abordaría Chillida el espacio y la materia, que son sus grandes cuestiones. Relató: "Estaba en Legazpia, sentado en un rincón de una nave inmensa, meditando mientras fumaba mi pipa, y unos obreros enganchaban con cables una gran máquina, para levantarla. Sentía que el espacio estaba aplastando cuanto había en la nave. Cuando los cables izaron la máquina, vi que el espacio se metía debajo de ella y ayudaba a levantarla".

Eduardo Chillida investiga los límites entre materia y espacio, una constante en su espíritu creador, parte de cuyos orígenes están, precisamente, en el Museo del Prado, según reveló: "Era yo muy joven... Esperaba a que se distrajera el vigilante de la sala donde había esculturas griegas y caldeas, ponía la mano en la cabeza de la figura de Gudea, y sentía que estaba tocando la bóveda celeste. No me llamaba la atención el basalto, sino el límite entre materia y espacio...". De eso hace ya 40 años, y aún sigue llamándole la atención.

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