49 presos políticos chilenos se evaden de una cárcel de Santiago
Al estilo del filme La gran evasión, mediante un largo túnel de 80 metros, 49 presos políticos del régimen militar chileno, entre ellos algunos de los guerrilleros que atentaron infructuosamente contra el general Augusto Pinochet, se fugaron en la madrugada de ayer de una vigilada cárcel céntrica de Santiago. Seis de los evadidos fueron capturados por los carabineros, en las primeras redadas y pesquisas, y un séptimo, Jorge Martínez, un hombre de complexión gruesa, que quedó atrapado en la estrecha boca del túnel, fue detenido por los gendarmes de la cárcel.La ciudad recobró ayer un aspecto parecido al que había en los años de la represión masiva que siguieron al golpe militar de 1973, con tensos controles policiales en las principales avenidas y en las carreteras de salida de Santiago, en los aeropuertos y en las estaciones de tren, mientras los helicópteros patrullaban de forma incesante. La fuga de presos políticos, la más numerosa producidas en los 16 años de dictadura, fue protagonizada por una mayoría de militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), un grupo guerrillero cercano al partido comunista. "Después de años de encarcelamiento injusto, de violaciones al derecho un juicio justo, hoy recuperamos la libertad", dijo un portavoz de los presos políticos.
Túnel de 80 metros
La fuga fue descubierta a las 2.30 horas de la madrugada de ayer (7.30, hora peninsular española) cuando ya habían huido 49 presos políticos desde las celdas de alta seguridad. El túnel, de 80 metros de largo y 80 centímetros de diámetro, comenzaba en una de las galerías del Centro de Detención Preventiva de Santiago, pasaba bajo el muro de la cárcel, seguía cerca de una estación del metro, bajo una calle, y salía a la superficie en un solar de la estación Mapocho.Las autoridades carcelarias dijeron que los fugados recibieron ayuda desde el exterior. Entre los presos políticos que escaparon se encuentran Víctor Díaz, hijo de un ex subsecretario general del partido comunista, que está desaparecido; Mauricio Arenas, Arnaldo Arenas, Juan Moreno y Claudio Molina, todos participantes en el ataque con fusiles y cohetes antitanque contra Pinochet en 1986, en el murieron cinco escoltas del general.
Aunque ayer sólo le quedaban 40 días de presidencia a Pinochet, y Chile está en vísperas de la democracia, cerca de 80 de los 460 presos políticos tenían pocas esperanzas de recuperar rápidamente su libertad. El Gobierno del presidente electo, Patricio Aylwin, que distingue entre presos de conciencia y de sangre, podía otorgar la libertad a unos 380 de ellos, al pasar sus procesos desde la justicia militar a la civil.
Los comprometidos en hechos de sangre, cerca de unos 60, deberán esperar la revisión de sus procesos -aunque no la libertad- en los que hubo toda clase de irregularidades, siendo la principal la obtención de confesiones bajo tortura.
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