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LA NUEVA EUROPA

Los comunistas polacos ya son socialdemócratas

El congreso de disolución del partido comunista polaco (POUP), convertido en la asamblea constituyente de la Socialdemocracia de la República Polaca (SDRP), terminó ayer con la victoria del presidente comunista Mieczyslaw Rakowski, aclamado como el "partero del nuevo partido", cuyos dos hombres de confianza, Aleksander Kwasniewski y Leszek Miller, ocupan en la nueva organización los cargos de presidente y secretario general, respectivamente. Estos dos jóvenes políticos consiguieron preservar la unidad de 1.100 de los 1.600 delegados del congreso, aunque no evitaron el cisma de 100 reformadores, que crearon la Unión Socialdemócrata, y de unos 400 conservadores, que estudian la creación de otro partido.

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Mientras Kwasniewski, conocido por sus convicciones liberales, logró atraer a parte de los socialdemócratas, Miller, hombre del aparato del POUP, sirvió de garantía de que en el nuevo partido también habrá sitio para los comunistas. Esta victoria en el congreso puede convertirse, sin embargo, en próximos fracasos electorales, ya que la SDRP no logró apartarse del comprometedor pasado comunista.El portavoz del presidente de Polonia declaró ayer que el general Wojciech Jaruzelski, -quien ayer recibió a los líderes de la SDRP-, no ha considerado la posibilidad de ingresar en ningún nuevo partido político. A la SDRP tampoco se adhirió el ministro de Interior, Czeslaw Kiszczak, y el ministro de Defensa, general Florian Siwicki.

A pesar de que la SDRP posee un estatuto y un programa realmente democráticos, no consiguió deshacerse de la hipoteca comunista. Así, el congreso, en contra de las aspiraciones de los reformadores, no aprobó ninguna resolución crítica sobre la implantación de la ley marcial en 1981, ni tampoco sobre la deleznable campaña antisemita y antiintelectual desatada por los líderes comunistas en 1968.

El partido de Kwasniewski resultó asimismo incapaz de deshacerse de algunos duros del partido comunista, como, por ejemplo, el director del diario comunista, Jerzy Majka, por cuanto el partido carece de identidad política, aglutinando tanto a socialdemócratas como a conocidos conservadores. La permanencia en la SDRP del hormigón se vio favorecida por la convicción de los comunistas de que había que preservar la unidad a toda costa, sobre todo en vista a la campaña elaborada por el sector radical de Solidaridad a favor de la nacionalización del patrimonio del antiguo POUP.

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