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Fagor y Ansa rechazan su agrupación para adquirir Victorio Luzuriaga

Miguel Ángel Noceda

Las empresas españolas que optan a la adquisición de Victorio Luzuriaga, el grupo guipuzcoano Fagor y el burgalés Ansa-Lemforder, han rechazado la invitación de la Administración de fundir sus propuestas en una sola y lograr ventaja significativa sobre las de entidades extranjeras que también pretenden tomar el control de la firma vasca. La venta del principal paquete de acciones de Luzuriaga, en poder de la sociedad interpuesta Inversiones VL, se considera inminente en el Ministerio de Industria, encargado de velar por el reflotamiento de aquella empresa.

La sugerencia de Industria fue hecha con el fin de garantizar el control de Luzuriaga en manos españolas. Ante ello, Fagor y Ansa-Lemforder comenzaron, en la última parte del pasado año, a estrechar sus relaciones hasta que, la pasada semana, los responsables del grupo Fagor, integrado por las cooperativas de Mondragón, pidieron un periodo de seis meses para dar una contestación definitiva. Este tiempo, para el que posiblemente la operación ya se habrá resuelto, ha sido considerado, como una larga cambiada. Fagor argumentó que durante ese tiempo podría resolver algunas diferencias internas dentro del grupo.Además de Ansa-Lemforder, que agrupa a varias sociedades fabricantes de componentes de automóvil y que está controlada por la familia burgalesa Antolín Toledano, y de Fagor, también mostraron interés la empresa francesa Mont-Tupé, la estadounidense Intermet y la alemana Eisenwerk Bruhl. Esta última ya está presente en la metalúrgica vasconavarra, donde tiene el 33% que pertenecía a SEAT y que adquirió por sus buenas relaciones con Volkswagen.

Garantías

La unión de Ansa y Fagor permite, según fuentes ministeriales, asegurar el cumplimiento de las exigencias de Industria para hacerse cargo de Luzuriaga, al tiempo que despejar las dudas sobre los proyectos de las firmas extranjeras.El departamento que ocupa Claudio Aranzadi no tiene mucha seguridad sobre las ofertas extranjeras. Aunque Mont-Tupé se ha ido descolgando poco a poco, permanece el interés de Intermet y de Bruhl. Sobre esta empresa, existen algunas sospechas de que marginaría a Luzuriaga en beneficio de sus propias actividades, competidoras de las de la empresa española en la CE. Por ello, se ha barajado también la posibilidad de dividir el paquete de venta entre dos ofertas, aunque no fueran las españolas.

Para canalizar la reestructuración de la empresa, el Ministerio de Industria, a través de la Gerencia Siderúrgica, promovió la constitución de Inversiones VL para adquirir los derechos políticos del paquete de acciones de la familia Luzuriaga. Esta sociedad se quedó, pues, con el 46% del capital.

El Ministerio ha pedido una aportación mínima de alrededor de 2.500 millones de pesetas para fortalecer el capital y el compromiso de aportar un plan industrial que garantice el futuro. Asimismo, se fijaba una reestructuración laboral, que supondrá la reducción de la plantilla hasta 1.570 personas con un coste de 4.500 millones, y la asunción del pasivo con las correspondientes ayudas de las administraciones central y autonómicas de Navarra y País Vasco.

Victorio Luzuriaga produce bloques, culatas, cigüeñales y otras piezas para automóviles en las localidades de Pasajes y Usurbil, ambas en la provincia de Guipuzcoa, y Tafalla, en Navarra.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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