Drama ecológico

¿Hasta cuándo navegarán los superpetroleros? Es pregunta de actualidad ahora que dos de ellos, el Khark 5 iraní y el español Aragón, se han roto en el Atlántico entre las islas Madeira y las Canarias.Otros de estos gigantes se rompieron antes y lo mismo les sucederá al resto de los que aún navegan, si los propietarios no los desguazan antes.

Es noticia que ya no sorprende, aunque EL PAÍS le dedique casi dos páginas los días 2 y 3 de este mes. Lo dice Cousteau: "Es escandaloso que la comunidad internacional no se haya interesado por este drama ecológico".

La botadura de superpetroleros de 200.000 a 300.000 toneladas fue la respuesta de las compañías petroleras a la crisis del canal de Suez para traer a Europa el crudo de Oriente Próximo sin incrementar sensiblemente al coste del barril la tasa de transporte derivada de rodear el cabo de Buena Esperanza.

Pero, abierto el Suez, los superpetroleros han seguido navegando, aunque el precio del crudo descendiera casi a la mitad. Estos buques se construyeron con técnica y tecnología comunes al petrolero de aquella época, aunque algunos astilleros de EE UU y Japón variasen algunas técnicas sobre la marcha con la pretensión de resolver los enormes problemas de construcción y navegabilidad que presentan tales gigantescas naves.

Son buques de tan gran sensibilidad frente a la conjunción de ciertos fenómenos climatológicos, atmosféricos, marítimos, etcétera, que basta un pequeño defecto de construcción (supuestamente todos lo tienen) para que su fin sea inexorablemente catastrófico.

Es la fatiga de los materiales, tensiones residuales, corrosión bajo tensión, etcétera, que en estos gigantes alcanzan valores proporcionales a su volumen, los que acaban con el Amoco Cádiz en 1978 al sur de Gran Bretaña y el Exxon Valdez en 1.989, que nunca debió exponerse a los hielos de Alaska.

Hay que desguazar estos gígantescos depredadores o acabarán devorando flora y fauna marítima, aves marinas y litorales, rompiendo el equilibrio ecológico necesario para nuestra supervivencia.- Natalio Horcajo.