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Siria da muestras de realismo político al reanudar relaciones con Egipto

Ángeles Espinosa

La puesta en escena ha sido menos espectacular que la del intercambio de visitas en octubre entre los jefes de Estado libio y egipcio. El estilo del líder sirio, Hafez el Asad, más sobrio, ha sido también más efectivo. En un ejercicio de realismo político, Damasco, a diferencia de Trípoli, ha decidido restablecer relaciones diplomáticas con El Cairo tras una ruptura de 12 años provocada por la visita a Jerusalén en 1977 del entonces rais egipcio, Anuar el Sadat.

"El hielo entre Egipto y Siria ha desaparecido, y se ha decidido celebrar una cumbre entre los presidentes Mohamed Hosni Mubarak y Hafez el Asad durante los primeros días de enero", anunció anteayer por la noche el primer ministro egipcio, Atef Sedki, al concluir su visita a Damasco.

A la espera de ese momento simbólico, para el que el propio Mubarak ha declarado que aún no se ha fijado fecha, el resto de los miembros de la Liga Árabe se felicitan por el avance hacia su ideal de unidad. Sólo Libia, con la que el deshielo ya ha comenzado, falta por dar el paso.

En el ámbito internacional, y habida cuenta de los últimos acontecimientos, son mayoría los que se inclinan por la segunda opción.

Tal ha sido desde siempre la postura de Estados Unidos, firme aliado de Israel sin descuidar a sus interlocutores árabes, y que en su día apadrinó los acuerdos de Camp David.

Incluso la Unión Soviética, que cada día se acerca más a las posiciones de Washington en ese terreno, ha dejado entrever su simpatía por esa evolución de las cosas. No se trata sólo de su lenta pero firme aproximación al Estado de Israel, con reuniones más o menos oficiales y facilidades de emigración para los judíos soviéticos, sino sobre todo de sus gestos hacia Siria, su más firme aliado en el mundo árabe.

Visita de Shevardnadze

En el plano político, la última visita del ministro soviético de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, a la zona tomó como punto de partida El Cairo, donde el jefe de la diplomacia soviética se entrevistó tanto con el líder palestino, Yasir Arafat, como con su colega israelí.Esta actuación dejaba constancia de que Moscú no se opone a los contactos directos israelo-palestinos. En el plano estratégico, y tal vez con mayores consecuencias a largo plazo, Moscú se negó recientemente a la venta a Siria de cierto tipo de material bélico que había solicitado por oponerse a su proyecto de "paridad militar" previa a cualquier arreglo del problema.

Bajo la convergencia de intereses que ha permitido la reanudación de relaciones, Egipto y Siria continúan distanciados en numerosos ámbitos, por lo que no deben esperarse resultados espectaculares inmediatos.

El arreglo del conflicto israelo-palestino, el nivel mismo de apoyo a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), o las relaciones con Irak, son, entre otros, puntos de fricción en los que ambas diplomacias deberán trabajar de ahora en adelante para concretar el espíritu que ha animado el anuncio del pasado miércoles. De momento, una línea aérea regular ha empezado a unir las dos capitales.

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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